Opinión

EL MERCADO

Ataca, desestabiliza, se enriquece, resuelve, todo lo controla: vidas, haciendas, relaciones, incluso guerras?, decide lo bueno y lo malo y no tiene rostro. Condiciona nuestras vidas, el futuro de nuestros hijos y la paz social.¿Quién es ese mercado a quien todos temen? Tiene leyes, impone normas, usa cualquier ideología, amarga la vida de los casi-ricos y destroza a los pobres. Se alimenta de la incertidumbre, crece en la angustia, disfruta con el rumor y actúa sin pudor. En sus múltiples facetas se muestra acreedor, violento, impredecible, necesario, dominante y frío. Tiene múltiples aliados: la especulación, la ambición, la desigualdad, el despilfarro, la soberbia y el miedo. Todos se pliegan: los poderosos, los empresarios, los sindicatos, los partidos, los gobiernos, e incluso los estados se atienen a sus normas. Sus dictados son órdenes de obligado acatamiento. La deuda, néctar que alimenta su insaciable apetito. El estado del bienestar, un muro a derribar. Los servicios públicos, prescindibles y caros. Educación, sanidad, pensiones, coberturas sociales?, un lujo occidental innecesario e injusto.


Permanentemente activo, siembra el desconcierto y genera ansiedad; ayer, en Islandia y Grecia; hoy, Irlanda; mañana, tal vez Portugal, Italia, Bélgica? y, como no, la apetecible España. Para ello es necesaria la ayuda de profetas del Apocalipsis, de traidores dispuestos a todo con tal de alcanzar el poder. ¿Qué poder? Convertirse en otros ejecutores de las normas del mercado, quizás más dócilmente, con mayor eficacia en los recortes, sin problemas de conciencia y con más firmeza. Todo vale y todo tiene un precio. Las víctimas, las mismas.


En su inaudita ferocidad, 'el mercado' ha desarrollado múltiples tumores que amenazan su propia existencia: países emergentes que devoran a sus hijos, dictadores iluminados que movilizan masas inertes, monopolios inescrutables de peligrosas actuaciones, poderes fácticos enigmáticos y antropófagos endogámicos? y, sobre todos ellos, el tigre amarillo fruto de un moderno sincretismo capitalista-comunista, laboratorio infernal creador de un nuevo-viejo modelo: explotación del hombre por el hombre, competitividad, crecimiento, falta de libertades individuales, resultados, desigualdad, hambre y riqueza, tecnología, tradición, lujo y miseria. La profecía de Napoleón se hace realidad, un nuevo imperio se está fraguando; un hijo pródigo del mercado reclama su herencia, Occidente tiembla, América se irrita, el tercer mundo se doblega. El dólar se come al euro y a su vez es devorado por el yuan, que acabará por engullir a todas las monedas. Todos tienen hambre, el papel virtual gana valor, el termómetro del sistema, la Bolsa, sube y baja para deleite de los especuladores. Se compra y se vende en una actividad febril con la esperanza de convertirse en acreedor de los inmensos beneficios inexistentes, pero rentables.


El teatro del mundo se agita, las masas se alteran, la juventud despierta, el miedo a la nada resucita los espíritus y, mientras tanto, los místicos de una nueva ideología esperan a diciembre del 2012, para integrarse con ventajas en el nuevo Ciclo: al caos le sigue la paz. Esperemos que nadie se ponga nervioso y rompa las reglas del juego, sería muy peligroso y, mientras tanto, nunca olvides que tú también haces 'mercado'.

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