Opinión

¿UN MAYO DEL 68 AL REVÉS?

Miles y miles de franceses de toda edad, pero sobre todo jóvenes y mujeres, se han manifestado en París contra el mal llamado 'matrimonio' homosexual. Y lo han hecho reiteradamente, antes de que el Gobierno socialista de Hollande llevara a cabo el hecho ahora ya consumado de su legalización.


Muchas jóvenes se han adornado con los colores y símbolos de la Revolución Francesa para protestar. En el diario conservador 'Le Fígaro', Marc Le Fur, vicepresidente de la Asamblea Nacional, ha trazado un paralelismo entre este movimiento popular de repulsa de lo antinatural y el Mayo Francés, y ha escrito un artículo titulado '¿Un mayo 68 al revés?' Entre nosotros, en cambio, otro periódico ha titulado el mismo fenómeno: 'Francia olvida los valores republicanos'. Juzguen ustedes la diferencia de criterio.


Sin embargo, intelectuales como Le Goff analizan lo que está ocurriendo y comentan que va siendo hora de acabar con la hegemonía del izquierdismo radical que, prepotentemente, se cree superior, nadie sabe por qué. En efecto, esta corriente cultural se llena la boca con palabras como progresismo, modernidad, reconocimiento de nuevos derechos naturales... olvidando el verdadero contenido de dichas expresiones. Como escribía ya Delibes en un brillante articulo que tuvo entonces gran eco: 'Antaño el progresismo respondía a un esquema muy simple: apoyar al débil, defender la paz y rechazar toda clase de violencia. Años más tarde, a este credo, el progresista añadió la defensa de la naturaleza. (...) El ideario progresista estaba claro. (?) Pero surgen el aborto, el matrimonio homosexual y la ideología de género. (...) Y ante fenómenos semejantes algunos progresistas se dijeron 'esto va contra mi ideología'. Si el progresismo no es defender la vida más pequeña y menesterosa, seguir la ley natural y luchar contra la violencia, ¿qué pinto yo aquí?' Y esto es lo que acaban de manifestar muchos franceses en sus reiteradas manifestaciones en París. Porque para estos progresistas que siguen acatando los viejos principios, la náusea se produce igualmente ante una explotación del hambre, un aborto o un matrimonio que contradice la ley natural.

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