Opinión

Hay censura y autocensura

En las redes sociales vemos muchas protestas porque no han publicado algo que sus responsables consideran inaceptable o que piensan que es ofensivo para algunos. Se están convirtiendo en jueces, cuando éstos existen en países denominados democráticos. Por estar a favor y el Gobierno tener otra opinión, como sucedió en 2023 en Australia, como por disentir, como Clauses, premio Nobel de Física 2022, dijo: “No creo que haya una crisis climática”, y expresó su creencia de que “los procesos clave se exageran y malinterpretan aproximadamente 200 veces”. Piensa que el CO2 tiene en la Tierra sumideros que han actuado siempre: el agua (océanos, mares, lagos, ríos, como recuerdo el permafrost que existe incluso en Siberia), los campos verdes, la fotosíntesis que al absorberlo nos da el oxígeno que necesitan los seres vivos, humanidad incluida. Sin ella no existirían los árboles, nos da frutas, legumbres, leche, carne, pan... casi todos los alimentos y especies que nos alimentan y permiten que vivamos. 

El físico Nir J. Shaviv niega que las temperaturas hayan aumentado: “El aumento de la actividad solar durante el siglo XX implica que más de la mitad del calentamiento debe atribuirse al Sol, no a las emisiones humanas”. Muchos científicos que piensan así han sido retirados de su cátedras o puestos de trabajo. En su defensa, más de 1.600 científicos, varios premios Nobel, han firmado una declaración titulada “No hay emergencia climática”. Hay miedo a ser negacionista, por eso hay autocensura, extendida a muchos medios de información.

En el ámbito político también existe la autocensura y la censura. El que dice lo contrario a lo que piensan los gobernantes en Occidente está expuesto a que le nieguen conferencias, tertulias e incluso indagan su vida y la de sus parientes; un caso claro, el hijo del presidente de EEUU, Biden. La democracia se está perdiendo, se difumina más la separación de poderes, se sabe si en el recurso remitido a determinados tribunales, en lugar de juzgar según la ley, se conoce quién votará de una forma favorable a su ideología, cuando esta no debería influir en una sentencia. Lo mismo en los mass media. Son minoritarios, hay esperanza.

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