Opinión

De París a Bonn saltando Marraquech

El encuentro sobre la situación medioambiental que cada año organiza la ONU con la Organización Meteorológica Mundial desde 1995, conocido como COP (Conference of the Parties, Conferencia de las Partes) en su edición 23 acaba de finalizar en Bonn (Alemania). En la cita, los países occidentales no quisieron perder lo logrado en París, tal y como cedieron en Marraquech (COP22), y lograron traer para Europa y continuar con el Acuerdo de París, que no compromete tanto cómo un protocolo, pero sirve para los intereses de la UE. Para que no pareciese que todo era occidental, se le concedió la presidencia a Fiji y la “canoa de las islas Fiji”, símbolo de unidad y resiliencia. La necesidad de acción inmediata presidió la inauguración del COP23, en la que se buscaba articular el Acuerdo de París, y luchar contra la sombra del abandono de Estados Unidos, que deja un vacío político y un agujero financiero. 

Es curioso que la página web del evento no menciona el COP22 de Marrakech, que reclamaba que se mirase por África, y como si no se hubiese celebrado (para compensar este “olvido” todos los días se hizo una reunión denominada “Grupo de África de coordinación diaria”), se habla del Acuerdo de París: “Los compromisos de los países siguen estando lejos de cumplir los objetivos del Acuerdo de París”, y en ello se han implicado Merkel (Alemania) y McDonald (Francia). El Gobierno alemán anunció que destinará 100 millones de euros más de los hasta ahora comprometidos para ayudar a los países en vías de desarrollo para combatir las causas derivadas del cambio climático, y Noruega, con Unilever y otros socios, estableció un nuevo fondo de 400 millones de dólares para invertir en modelos de empresa que combinen inversiones en agricultura de alta productividad, la inclusión de los pequeños agricultores y la protección de los bosques. No olvidemos que están comprometidos 100.000 millones de dólares anuales hasta el 2020, aportación de los países ricos, y que 134 países liderados por India, China y Brasil quieren que se hable sobre la transferencia de financiación y de tecnología a los países en desarrollo para que puedan prepararse para cumplir el Acuerdo de París. Recordemos la limitación del calentamiento medio del planeta muy por debajo de los 2 grados, y lo más cercano posible a los 1,5.

Además del Acuerdo de París, y del CO2, se han puesto de manifiesto las tendencias expresadas por la FAO, que dice “el ganado mundial, que incluye vacuno, cerdos, ovejas y todos los demás animales criados para producir carne, leche, cuero o lana, representa el 14,5% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero hechas por el hombre. Casi la mitad de las emisiones por las flatulencias del ganado son en forma de metano, mientras que la otra mitad se divide casi a partes iguales entre los gases de efecto invernadero, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de carbono”. Consecuentemente, en el COP23 al menos el 60 % de la comida ofrecida ha sido vegetariana. Hablando de ella, según la FAO, el hambre afecta a 815 millones de personas, y el COP23 une su erradicación a evitar el cambio climático, y recomienda comer menos carne.

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