Opinión

Galicia nunca falla

Casi todo está dicho ya sobre la victoria del PP en Galicia. Los titulares pomposos y el análisis a la carta se han retorcido hasta límites nunca vistos en la política española. De modo que resulta tarea compleja aportar algo novedoso y certero desde la opinión no sincronizada. Sabemos desde la noche electoral del batacazo del PSOE, de la insuficiente subida del BNG con una lideresa por tercera vez perdedora, y de la insignificancia de Podemos, Sumar y Vox en la serena autonomía histórica que mantiene a raya al separatismo pro-Bildu. Pero como gallego, debo al menos intentar un poco de analítica constructiva sobre Galicia y sus ejemplares elecciones.

Digo y mantengo que los gallegos nunca se fallan a sí mismos cuando les va en ello su futuro, su bienestar y su propia identidad. La mayoría de los gallegos, en eso consiste la democracia, obran con responsabilidad cuando se trata de Galicia en el conjunto de España. Y eso, en definitiva, es lo que ha pasado el 18-F. Galicia ha votado mayoritariamente por la certidumbre de la estabilidad y no por la rareza venturosa de un secesionismo políticamente legítimo como aspiración política, pero sin cabida alguna en la lógica democrática, no rupturista y constitucional del sentir galleguista.

Galicia ha demostrado que España puede contar con ella, con Feijóo y con Rueda para hacer política de centro-derecha moderada, nunca excluyente y con vocación inequívoca de gobernar para todos. Y esos principios políticos tan olvidados en el ruedo nacional han aflorado en las urnas con el respeto debido a todas las sensibilidades que caben en una Galicia puntera, emprendedora, cabal y libre de hipotecas con el separatismo para seguir en la Moncloa. En el conjunto de España, la propaganda político-mediática desplegada por el sanchismo logra confundir con su cantinela fake de parte y vence la resistencia entre los votantes en masa. Pero en Galicia eso no da resultado, como se ha demostrado, porque intentar lo han intentado. Primero con el chapapote de los pélets que olía, desde el principio, a una crisis prefabricada y alarmista con la que resucitar el Prestige a falta de programas y buenas maneras. Después, generando una expectativa no real de vuelco electoral con la cocina demoscópica del CIS de Tezanos, que nunca desprestigió tanto la ciencia de las encuestas ni la confianza institucional. Y a continuación, intentando cargarle a Feijóo el muerto sanchista de la amnistía con una maquinada y tergiversada operación off the récord magnificada desde terminales mediáticas y altavoces políticos con un relato que, de nuevo, no se ajustó a la verdad y la realidad.

Por tanto, reafirmo que Galicia es algo más que el concepto que algunos puedan tener de las sociedades manipulables con las que servir a sus intereses personales, políticos y partidistas. Los gallegos nunca fallan cuando se trata de Galicia y de España. Galicia nunca falla al PP. Y eso facilita la gobernabilidad y el progreso. 

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