Opinión

Nuevos tiempos, nueva política

Que el covid-19 ha cambiado nuestra forma de vida, es una obviedad manifiesta. También lo es que el ejercicio de la política debe mutar en consonancia. Y no es una mera cuestión de lucir mascarillas de diseño o guardar la distancia social reglamentaria. Tiene que ver con los hábitos y costumbres de la clase política, de la cual me siento participe, más allá de mi actual condición excedentaria. Porque un tiempo nuevo requiere una nueva concepción del funcionamiento de las instituciones públicas. Una nueva realidad como la que emerge exige autocrítica, diálogo, consenso y coparticipación. Eso sí, sin convertir la praxis política en un mercadeo clientelar ni en un chalaneo propio de ventajistas. Simplemente, tenemos que ser conscientes de que el cambio en curso requiere una nueva lógica en la toma de decisiones y una mayor interacción entre los diversos grupos políticos. O comprendemos que el mundo que viene será el resultado de lo que podamos construir “entre todos” o no habremos entendido lo que está en juego. Y para compartir un proyecto colectivo no es requisito renunciar a señas de identidad ni a principios programáticos. Basta con mirar a los ciudadanos a los ojos, entender su frustración y actuar en consecuencia.

Te puede interesar