Opinión

Un papa teólogo, inteligente y bueno

Con el fallecimiento del papa Benedicto XVI desaparece una de las grandes figuras teológicas del Concilio Vaticano II. Un teólogo de prestigio en la historia de la Iglesia, unido a san Agustín, santo. Tomás, Scoto, san Buenaventura, H.V. Balthasar, Newman, Rhaner… con un carácter bondadoso y afable. Gran conocedor de la profundidad de San Juan y del capítulo 25 de San Mateo. Conocía muy bien las cartas de san Juan sobre el amor. Y así, en una obra suya cita a mons. Temiño, para lo cual pidió en su día una obra de don Ángel sobre las cartas joánicas. Se está escribiendo mucho estos días sobre el difunto papa emérito. Me limitaré a hablar de su relación con España, a la que conocía y amaba grandemente. Según los rumores llegó a papa porque Martini lo rechazó.

Entre sus incontables obras habremos de destacar tres encíclicas, además de los documentos o la bibliografía, homilías y discursos, que son el gran legado de este papa. La fe, la esperanza y el amor cristiano, el desarrollo humano integral, la familia, la justicia y la paz, la preocupación por la Iglesia en África o en Oriente Medio, así como la misión que debe tener la Iglesia, son los temas principales de estos escritos.

Su primera carta encíclica, “Deus caritas est” (Dios es amor), está dedicada al amor cristiano. En ella indica que “El amor (caritas) es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz”. En la segunda, “Spe salvi” (salvados en la esperanza), escribe sobre la esperanza cristiana. “Caritas in veritate” (la caridad en la verdad) es la tercera y última, donde asegura que “la caridad es la verdad, de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección”. 

Referente a España, proclamó santos españoles a los 498 españoles mártires del siglo XX. Resulta especialmente significativa la proclamación de octubre de 2007, la mayor beatificación que ha tenido lugar en la historia de la Iglesia. Y a san Juan de Ávila lo proclamó como doctor de la Iglesia universal. Asimismo, creó seis cardenales españoles en los cinco consistorios convocados en su mandato.

Realizó tres viajes a España: a Valencia (8-9 de julio de 2005) con las familias, a Madrid con los jóvenes y a Compostela por el Año Santo. El 6-7 de noviembre de 2010 fue a Compostela con motivo del Jacobeo y de allí a Barcelona para inaugurar la Sagrada Familia. Por último, del 18 al 21 de agosto de 2011 visitó Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ-2011). Más de un millón de jóvenes acompañaron en la vigilia de la JMJ en el aeródromo de Cuatro Vientos, soportando una fuerte lluvia, y tras rechazar el consejo de sus colaboradores que lo instaban a retirarse, se quedó en el altar, con una gran sonrisa en el rostro. Después de un silencio atronador, agradeció a los allí presentes “por esa alegría y resistencia. Nuestra fuerza es mayor que la lluvia. Queridos jóvenes hemos vivido una aventura juntos. Habéis resistido firmes en la lluvia. Igual que esta noche, con Cristo podréis afrontar las pruebas de la vida, no lo olvidéis”.

Benedicto XVI quiso apartarse del mundo y lo hizo. No quiso interferir -hubiera podido hacerlo- en la elección de su sucesor y jamás quiso intervenir en los complots organizados por sectores ultraconservadores. En su pontificado fueron nombrados 25 obispos españoles, además de los 6 cardenales. A lo largo de sus años de pontificado, Benedicto XVI autorizó la beatificación de 544 españoles. Y las celebraciones de beatificación, ahora, tienen lugar en las diócesis de origen de los nuevos beatos. Así lo comunicó a la Congregación para la Causa de los Santos el 29 de septiembre de 2005. 

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