Opinión

La visita "ad limina"

El obispo ourensano, monseñor Lemos, acaba de escribir una carta que rezuma fe, ilusión y esperanza ante la próxima visita "Ad Limina" que van a realizar los obispos españoles al papa. 

Una cita que cada cinco años tienen todos los obispos del mundo con el sucesor de Pedro. Un encuentro importante y que, por experiencia propia, puedo decir que produce sus frutos. He tenido la suerte de vivir muy de cerca cuatro de estas visitas acompañando a mi obispo entonces, mi llorado don Ángel Temiño, y puedo afirmar que es una ocasión de vivir y acrecentar la fe.

A los prelados gallegos les toca viajar a la Ciudad Eterna esta primera semana de marzo, y afirma el obispo ourensano que "van para venerar los sepulcros de los apóstoles Pedro y Pablo y encontrase con el obispo de Roma, sucesor de Pedro, vicario de Cristo y cabeza visible de toda la Iglesia, custodio de la verdad trasmitida por los apóstoles y principio de la unidad católica". Y "así se expresa, de una forma viva, la unión de nuestra Iglesia diocesana con la Iglesia Universal; sirve para fortalecer los lazos de comunión con el nuevo Pedro y con los demás miembros del Colegio Episcopal y, para informar sobre la situación concreta de nuestra Diócesis. Los obispos aportan la información y las experiencias de la fe vivida en su Iglesia local".

Para este encuentro con el papa y la curia romana, los obispos están obligados a elaborar un complejo informe de toda la realidad diocesana, conseguido a través de múltiples consultas y continuas reflexiones, como bien recoge la carta: "Sin duda esta ha sido una experiencia providencial para conocer de forma íntima y real la situación de nuestra Iglesia en Ourense", afirmando sin rubor algo de lo que muchos estamos convencidos: "Tenemos una Iglesia muy viva, con muchas actividades pastorales, académicas y asistenciales; quizás muchos de nuestros diocesanos no son conscientes de esa hermosa realidad, y siendo como somos una Iglesia pequeña, tenemos, todavía, un buen grupo de sacerdotes y una rica presencia de vida consagrada y de institutos de vida apostólica, así como un floreciente apostolado seglar. A pesar de estas hermosas realidades somos pobres en recursos a la hora de hacer frente a la conservación y mantenimiento de los instrumentos adecuados para la pastoral".

Y es interesante el párrafo anterior porque, acaso por un ancestral complejo, somos muy dados los ourensanos a alabar lo ajeno minusvalorando lo que tenemos. Constata la realidad que va conociendo en estos primeros años de su pontificado y precisamente porque es consciente monseñor Lemos hace una petición al final de su misiva: "Acompañadme con vuestra presencia orante para que este encuentro con el papa y con los diferentes organismos de la curia vaticana sea fructuoso y nos den un nuevo aliento para crecer en frutos de santidad, en número de vocaciones y en fecundos proyectos apostólicos".

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