Opinión

Maritain y España ocho decadas después

Del 21 al 23 de julio se celebraron las ocho décadas desde que Maritain visitara España por primera vez. Los intelectuales católicos y liberales de la República invitaron al profesor francés a impartir unas conferencias en los ya entonces famosos cursos de verano. J. Maritain dictó estas conferencias en la Universidad Internacional de Verano, centro que desde 1945 lleva el nombre de Universidad Internacional Menéndez Pelayo. En estas conferencias revisaba la presencia de los cristianos en el mundo social y político, evaluando sus proyectos desde las primeras décadas del siglo XX. Estas conferencias fueron publicadas en 1935 con el título: “Problemas espirituales y temporales de una nueva cristiandad.”

En 1936, cuando España se debatía en la guerra civil, Maritain editó una revisión de estas conferencias con el título de: “Humanismo integral”. Esta obra es una de las más importantes y célebres del pensamiento socio-político de Maritain y representa de manera emblemática el gran esfuerzo de “aggiornamento” de la generación de pensadores cristianos que llevaron a la Iglesia católica hacia el VaticanoII (de Mounier a Marcel, pasando por Verdiaiev, J. Lacrois o Romano Guardini). Gracias al nuevo proyecto de una nueva sociedad pluralista y democrática, inspirada en el humanismo cristiano, Maritain promovió el cambio de mentalidad que representaría la aceptación progresiva de los esquemas de organización social y política de la modernidad, haciendo las paces con ella y revisando críticamente su legado.

Estas conferencias pretenden, según sus organizadores, poner de relieve primeramente el papel histórico de promoción de pensamiento que la Universidad Internacional Menéndez Pelayo supo ocupar en los años treinta, así como la importancia del pensamiento de Maritain en la formación del corpus ideológico del llamado humanismo de corte cristiano, que fue utilizado como inspiración para los partidos demócrata-cristianos y social-cristianos que nacieron en los años sucesivos.

Pero también intentan mostrar que más allá de la etiqueta de pensador de la democracia cristiana, cabe identificar a Maritain como fuente de interlocución y prospectiva para los desafíos del siglo XXI: secularización, diálogo interreligioso, convicciones cristianas en la política, desarrollo integral fundado en las capacidades políticas públicas basadas en el bien común.

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