Opinión

Pobre hombre rico

Pobre hombre rico, pobre Luis Roldán. Jugarse la vida por España, llenar el país de casas cuartel en la que dar vivienda a un puñado de animosos guardias recién salidos de la academia, sólo le ha valido para estar un montonazo de años entre rejas y para convertirse, ahora, muchos años después, en un asiduo del autobús municipal, en Zaragoza, porque no tiene para más.

Luis Roldán, el universitario que nunca pasó por la facultad. Aragonés, cumplió a rajatabla el chiste ese que dice que sólo se puede meter a un centenar de mañicos en un 600 diciéndoles que no caben. Pobre Roldán, Roldán el pringao. El tipo que veló por los ahorros de la Asociación de huérfanos del cuerpo, quedándoselos claro, fue engañado por un tal Paesa, un espía de medio pelo del que incluso se llegó a publicar una esquela.

Roldán, el tipo que cerraba burdeles con una pléyade de escoltas vive ahora con 600 euros al mes, los que le proporciona un amigo que sí tiene sentimientos. A él, que tiene hijos con tres mujeres diferentes, que tiene muchas ramas distintas con las que cumplir. A él, que fue capaz de provocar la dimisión de un ministro del Interior, Asunción. A él, que por quítame allá unas carreras para no verse atrapado por la justicia puso en jaque al mismísimo presidente del gobierno en la era González.

Hacerle eso a él, hacerle viajar en autobús. Con bufanda y gafas oscuras, que en Zaragoza el frío pega de verdad. El problema llegará en agosto, que en Zaragoza el calor pega de verdad. Pobre Roldán, que ya ha cumplido cuentas con la justicia y todavía hay quién le sigue recordando que se llevó unos pocos millones de euros. Pobre Roldán, ¿al que nunca dejarán en paz?.

Roldán, el genuino continuador del lazarillo de Tormes, pícaro español por excelencia. Roldán, el primero que ha entendido a Zapatero, lo primero es el ahorro.

Te puede interesar