Opinión

CUESTIÓN DE HUMOS

Cuando parecía que con la entrada del año, y con la puesta en vigor de la ley antitabaco, estábamos en el buen camino de abandonar, de una vez por todas, los humos que a algunos nos venían asediando durante estos últimos años, resulta que se desató una humareda de opiniones diversas, que en todo caso siempre serán más saludables para el debate que el humo que solíamos consumir a diario.


Resulta que siempre es malo el tiempo en el que comienzan las prohibiciones, sin embargo, y con la que siguen montando impunemente los mercados financieros en los países europeos en materia económica, casi todos podemos afirmar que nos ha coincidido la ley anti-humos en el peor de los momentos. ¡Vamos!, que con lo que se avecina, ya estamos viendo al sector de la hostelería en un sin fin de problemas, en muchos casos, por falta de previsión e imaginación. Me refiero a temas que ya se atisbaban desde hace tiempo, y que como este país es diferente, pocos pensaban que fuesen a acontecer. Pero al fin y al cabo, vamos importando poco a poco lo que se nos propone desde el exterior, y al modo de la liebre y la tortuga, perdemos la noción del tiempo.


Ahora bien, las diferentes corporaciones locales tendrán que pensar en sancionar a todos aquellos fumadores que arrojen sus colillas a la entrada de las cafeterías, bares y discotecas. Si hacen la prueba, podrán encontrarse hasta más de 40 en las aceras, a la entrada de muchos bares; aunque me pregunto de quién es la responsabilidad de que haya ceniceros en las entradas de dichos establecimientos.


Sin perder de vista el humo que no deja ver, que contamina y muchas veces crea confusión, me viene a la mente el comunicado desesperado de la tregua de un grupo terrorista que intenta aflorar del anacronismo en el que vive. Poco caso le hace la sociedad y cada vez menos los medios de comunicación y los políticos, que en esta ocasión despacharon el tema en comparecencias de pocos minutos. O sea, que la cortina de humo que intentaba a la desesperada ocultar los problemas internos de la organización, se desvaneció más rápido que el malestar de los presos que siguen sufriendo las consecuencias de sus delitos contra los seres humanos, a los que nunca podrán devolver el hálito de vida del que les privaron.


Resulta un tanto extraño observar que entre dos temas tan diferentes, el lenguaje nos permita extender el campo semántico, para sobrevolarlos sucintamente y así hablar de lo que la actualidad nos sugiere, sin embargo ya va siendo hora de que estemos más atentos a lo que realmente importa, y evitemos, digo yo, humaredas que nos enturbien la realidad de las cosas, que en todo caso, seguirán siendo las mismas, se miren por donde se miren.

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