Opinión

Una tesis descafeinada

Antes de nada quiero felicitar a la Universidad de Vigo por aceptar la defensa de una tesis sobre el protestantismo, ahora que se cumplen 500 años de la Reforma de Lutero. Siempre es de agradecer que ante estos temas haya profesores universitarios que no se echen atrás. Recuerdo que hace unos 20 años, Julio Prada me habló de ella y comentamos algunas cosas en cuanto a que los modelos de sociabilidad estaban pendientes de estudio. Dirigida por el profesor Valín (experto en masonería), observo que el tema del protestantismo le resulta un tanto desconocido. Por este motivo escribo este pequeño comentario. Ahora ya tenemos la tesis publicada en la red y la mayoría de los protestantes gallegos me dicen que no se encuentran identificados con ella; cosa que no me extraña conociendo a quien la defendió. Algunos de los motivos quedarán en el anonimato, sin embargo, hay otros de los que no puedo pasar página y todo el mundo debiera conocer. 

Dentro del largo periodo de tiempo en el que se desarrolló esta investigación, casi todos los que conocemos “la historia de los hermanos” hemos abierto los archivos familiares para que se pudiese investigar. Algunos documentos han sido retenidos durante años y eso ha generado un malestar dentro del pueblo protestante. En la tesis hay una clara crítica a la Iglesia Católica, al afirmar que no facilita los documentos de la Secretaría de Cámara del Obispado. Parece que ellos sí saben a quien dejar los documentos. Con todo, conocemos muchos de ellos gracias a que Benito Raposo los consultó y los publicó en su día. Y a pesar de que quien defendió la tesis no le gustan los libros de Benito Raposo, a lo largo de la misma se citan sus trabajos hasta en 58 ocasiones. No así los escritores protestantes, a los que se define como hagiógrafos, y aun dentro de la inmensa bibliografía se incluyen hagiografías sin valor histórico, como “Cosecha española” de Wirtz-Pierce.

Avanzando en las páginas de la tesis descubro sin sorpresa que los libros del conselleiro de Patrimonio del Consello Evanxélico de Galicia, escritor y periodista de Marín, son menospreciados e incluso se permite el lujo de no citarlos. Es el caso del libro “El Polizón esperado”. También desconoce que existe el libro “Pioneiros protestantes na Atenas de Galicia” (Ed. Ir Indo), en el que el codirector de la tesis escribe el prólogo, analizando con absoluta libertad un trabajo para el que también había hecho las oportunas puntualizaciones en cuanto al contexto histórico. Sobre las fuentes y documentos que emplea, resulta confuso para aquellos que quieran seguir investigando el protestantismo, aunque curiosamente critica a otros autores de hacer lo mismo. Muchas de las revistas de la época ni las menciona, creando grandes lagunas entre los misioneros y los españoles convertidos que trabajaban de colportores. A Galo Páramo y a José de los Ríos, que sembraron sus vidas como colportores por el Evangelio, siendo líderes en su trabajo, los cita de paso, y a Emilio Mir y Francisco Prieto ni los conoce. Por tanto, solo me llena de tristeza que esta tesis no cumpla los objetivos de dar a conocer los grupos protestantes de nuestro país. No pongo en duda que cumpla con creces los parámetros de la Facultad de Historia para alcanzar el grado de doctor/doctora, sin embargo, encuentro demasiadas contradicciones que se desvían de la realidad protestante.

    Estoy seguro de que el director de la tesis, próximo a la jubilación, tomará buena nota de mis anotaciones, ya que el propósito de las tesis de la Universidad de Vigo no debiera solo ser su supuesto rigor formal. En todo caso, próximamente verán la luz nuevas investigaciones sobre el protestantismo. Creo que serán de interés. Ahora entiendo el porqué José Luis Méndez Ferrín no cesa en su empeño de animar a que escritores vinculados al protestantismo sigan escribiendo “la historia de los hermanos”. No puede caer en el olvido y es peor que la leamos descafeinada.

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