Opinión

Buen momento para los coches en campaña

Cualquiera sabe lo que pasará en la inminente campaña electoral en Galicia, pero si vemos a los candidatos al volante de coches fabricados en Vigo o de visita en Stellantis no habrá que extrañarse. En realidad, no es una casualidad que todos los presidentes de Gobierno –ya sean de España o de sus autonomías– suelan posar conduciendo un flamante coche recién salido de las cadenas de montaje. No se trata de una simple cuestión de vanidad o petulancia. Detrás de esas fotos hay un reconocimiento tácito de la importancia estratégica que el sector del automóvil tiene en la sociedad.

¿Por qué los políticos se esfuerzan en rendir pleitesía a las marcas de automóviles? La respuesta es clara: el sector automotriz no solo es un símbolo de innovación y diseño, sino que es también un gigante generador de empleo y un motor esencial para la economía. En las fábricas de coches, miles de personas trabajan incansablemente, contribuyendo no solo a la producción de vehículos, sino también al sostenimiento de comunidades enteras.

La importancia del sector radica tanto en la cantidad de empleos que crea como en su capacidad para influir directamente en la economía. La producción de automóviles no es solo un asunto local: es una industria global cuyos efectos se sienten en todo el mundo. La facilidad con la que la producción puede trasladarse de un país a otro destaca la necesidad de mantener políticas y condiciones favorables para atraer y retener estas fábricas.

El sector del automóvil es un tejido conectado que abarca desde los trabajadores de las líneas de montaje hasta los proveedores de piezas, los distribuidores y los servicios postventa. Es una cadena que genera un flujo constante de actividad económica, impulsando el consumo y manteniendo la maquinaria del comercio en movimiento.

Además, el compromiso de las marcas de automóviles con la innovación y la sostenibilidad contribuye al progreso tecnológico y medioambiental. La inversión en vehículos eléctricos, la mejora de la eficiencia energética y la búsqueda de alternativas más ecológicas son facetas que hacen del sector automotriz no solo un actor económico clave, sino también un jugador crucial en la construcción de un futuro más sostenible.

Así que la próxima vez que veamos a un líder político al volante de un coche recién salido de la línea de producción, recordemos que no es solo una foto para el álbum, sino un reconocimiento a la relevancia de un sector que impulsa la economía, crea empleos y conduce hacia un futuro donde la movilidad y la sostenibilidad van de la mano. El volante no solo dirige el automóvil, sino también el camino hacia el progreso y el bienestar colectivo.

Justo estos meses, el rugir de los motores vuelve a resonar en las factorías españolas de automoción, marcando un camino de recuperación tras los desafíos impuestos por la pandemia. En el año 2023, estas fábricas ensamblaron un total de 2.451.221 vehículos, un aumento del 10,4% en comparación con el año anterior. Este hito significa que la industria automovilística española acumula tres años consecutivos de crecimiento en la producción de vehículos.

Sin embargo, antes de lanzar las campanas al vuelo, es crucial señalar que estos números aún se encuentran por debajo de los niveles registrados en 2019, el año previo a la pandemia. En aquel entonces, se produjeron 2.822.632 vehículos. 

@J_L_Gomez

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