Opinión

Sin Presupuestos, casi nada es igual

Pedro Sánchez y la ministra Montero, en el Congreso de los Diputados.
photo_camera Pedro Sánchez y la ministra Montero, en el Congreso de los Diputados.
Con la excepción de la revalorización de los salarios y las pensiones públicas, el Gobierno no puede abordar, sin Presupuestos, nuevas medidas que afecten a gastos o ingresos públicos durante 2024

La falta de presupuestos para 2024 plantea desafíos significativos para el Gobierno de Pedro Sánchez, desde la ejecución de fondos europeos hasta la implementación de medidas sociales clave. Mientras tanto, la retórica del pasado vuelve para recordar al presidente las exigencias que él mismo hacía cuando estaba en la oposición. Se ve que en política las palabras suelen regresar para recordar a los líderes sus propias promesas y convicciones. 

En 2018, Sánchez no escatimó críticas a Mariano Rajoy por prorrogar sus cuentas, llegando incluso a comparar un gobierno sin presupuestos con un coche sin gasolina. Sin embargo, ahora que Sánchez se encuentra en una situación similar, tanto él como sus ministros buscan minimizar las consecuencias negativas.

El Gobierno no lo tiene fácil y se enfrenta a varios obstáculos para el cumplimento del objetivo del déficit del 3%. Uno es el crecimiento del gasto público nominal, que debe aumentar por debajo del 2,6%, según las recomendaciones de la Comisión Europea. Otro es el incremento en los intereses de la deuda que, a un coste aproximado del 4 %, pasarán a tener un peso en el PIB del 2,5 % en 2024, alrededor de 39.000 millones de euros,  frente a cerca de 30.200 millones en 2022. Y el tercero, la presión que viene ejerciendo en el presupuesto el gasto en pensiones por su indexación con el IPC en un contexto de alta inflación.

Sujeto una mayor disciplina fiscal, el Gobierno tendrá la obligación de limitar el crecimiento del gasto por debajo del mencionado umbral del 2,6%, sin contar con los intereses de la deuda pública. Dicho de otro modo, a políticas constantes, los ajustes necesarios para cumplir con el déficit del 3% podrían alcanzar hasta 8.000 millones de euros en el escenario menos favorable.

Otro de los puntos de preocupación está en los fondos europeos, con una asignación prevista de casi 10.000 millones de euros para este año. Ante la falta de nuevos presupuestos, el Gobierno tendrá que definir cómo ejecutar estos fondos, algo que el ministro de Economía ve factible.

La incertidumbre también se cierne sobre la inversión estatal y los impuestos planificados. La patronal CEOE ha expresado su preocupación por la posibilidad de que la falta de presupuestos pueda obstaculizar la inversión pública, si bien el ministro de Economía no considera que esto sea un riesgo inminente. Además, medidas como la implementación permanente de impuestos a la banca y a las energéticas quedan en el aire, al no estar detalladas en las nuevas cuentas.

Otro punto de fricción es la falta de actualización del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), utilizado como referencia para calcular ayudas y prestaciones. La ausencia de presupuestos podría dejar este indicador desactualizado, lo que afectaría a aquellos que dependen de estas ayudas.

La financiación de medidas sociales importantes también está en entredicho, entre ellas la ley de atención para enfermos de ELA recientemente aprobada, la construcción de viviendas de alquiler social o la ampliación del permiso de paternidad y maternidad a 20 semanas.

Sin embargo, no todo son malas noticias. La revalorización de las pensiones según el IPC y la subida de los salarios públicos, acordada para este 2024, no se verán afectadas por la falta de presupuestos, una noticia positiva para millones de españoles. 

@J_L_Gomez

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