Opinión

Robert Solow, el premio Nobel innovador

Robert Merton Solow, uno de los gigantes de la economía mundial.
photo_camera Robert Merton Solow, uno de los gigantes de la economía mundial.
Maestro del crecimiento y la innovación, este premio Nobel de economía en 1987 murió a los 99 años. Desempeñó un papel fundamental como profesor en el MIT, junto al también premio Nobel Paul A. Samuelson

El mundo académico lamenta la pérdida de uno de los gigantes de la economía, Robert Merton Solow (Brooklyn, Nueva York, 1924), quien falleció a los 99 años en su casa de Lexington, Massachusetts. Reconocido con el Premio Nobel, la Medalla Presidencial de la Libertad y la Medalla John Bates Clark, Solow deja un legado imborrable en el campo del crecimiento económico y la innovación. El Premio Nobel de Economía de 1987 no solo reconoció los logros pasados de Solow, sino que señaló la trascendencia de sus contribuciones para el futuro del pensamiento económico.

Este auténtico maestro de la economía desempeñó un papel fundamental como profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde junto a su distinguido colega, el también premio Nobel Paul A. Samuelson, dieron forma al influyente estilo de análisis económico del prestigioso MIT. Su manera de ver la economía se abrió paso en la segunda mitad del siglo XX y jugó un papel crucial en la formulación de las políticas económicas.

Tuve el privilegio de conocer a Solow en A Coruña en 1989, cuando participó en el III Congreso Nacional de Economía, y de entrevistarlo en exclusiva para el diario La Voz de Galicia dos años después de recibir el Premio Nobel en 1987. En aquella época, Solow expresaba cautela sobre el futuro de Europa del Este, siendo un visionario que ya percibía los cambios que estaban por venir en España, para cuya economía sería decisivo el mercado único de 1992.

Durante su intervención en el congreso de los economistas españoles, Solow destacó la importancia del cambio tecnológico, subrayando la necesidad de considerar pequeñas mejoras en productos y procesos. En la entrevista analizó los nuevos estilos de gestión y la evolución de las relaciones comerciales en un mundo postindustrial.

Pero el mayor legado de Solow es tal vez su modelo de crecimiento –conocido también como el modelo exógeno de crecimiento–, presentado en 1956. Esta propuesta revolucionaria cambió la forma de entender el crecimiento a largo plazo. En lugar de enfocarse únicamente en la acumulación de capital, Solow argumentó que la verdadera fuerza motriz es la innovación tecnológica.

La visión de Solow ha demostrado ser profética en la era contemporánea, donde la tecnología impulsa el crecimiento económico. Desde la revolución digital hasta la biotecnología, las sociedades modernas han experimentado un desarrollo impulsado por avances tecnológicos.

No limitándose al crecimiento, Solow influyó también en la economía del bienestar. Su investigación sobre la distribución del ingreso y la medición del bienestar proporcionó una comprensión más profunda de los factores que afectan la calidad de vida de las personas.

En nuestra conversación de 1989, Solow también advertía sobre la deuda y el déficit presupuestario en EE UU, mostrando una visión clara sobre la volatilidad en los mercados financieros.

Aunque retirado oficialmente de la enseñanza, Solow siguió siendo una figura respetada y activa en la esfera académica. Su obra continúa inspirando a economistas y estudiantes en todo el mundo en una era donde la velocidad del cambio tecnológico define la realidad.

La partida de Solow deja un vacío en el mundo económico, pero su legado perdurará como un faro de conocimiento que ilumina el camino hacia un futuro impulsado por la innovación y el crecimiento sostenible. 

@J_L_Gomez

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