Opinión

¿Qué hacemos con los muertos?

En La Región del pasado día 27 apareció el siguiente titular: "No es agradable estar todo el día viendo llegar féretros". Para ello, los presidentes de las asociaciones de vecinos de Vistahermosa, O Couto y A Ponte se niegan con movilizaciones y recogida de firmas. En el caso de la presidenta de Vistahermosa expone que la parcela en la que se proyecta el tanatorio está cerca de un parque infantil y de un geriátrico "y no es agradable estar viendo todo el día la llegada de féretros". Sin que esto parezca un chiste de mal gusto, ni todos los días mueren humanos ni se entierran de noche los cadáveres, pues el día tiene 24 horas.

Vistahermosa, O Couto y A Ponte, como queda dicho, "no quieren que el Concello permita un tanatorio en su vecindad". La noticia parece espeluznante. Obviamente, tampoco querrían un cementerio los vecinos del cementerio de San Francisco en Ourense. Conste que en Vistahermosa -los que defienden la vista hermosa- están previstos equipamientos tales como centro de salud y edificio de Justicia, que presumiblemente llevarán a la zona cafeterías, bares y restaurantes, un impulso económico.

Todos hemos nacido para morir y en la religión cristiana, en su catecismo, enterrar a los muertos se considera "obra de misericordia". En los últimos años también se habían opuesto para su instalación en A Chavasqueira, calles Greco y Remedios en el barrio de O Couto, Parque de Os Pulmóns, en A Ponte, y Barrocás.

Parece como si los cadáveres, en lugar de ser humanos fueran la peste o las palabras difunto, féretro, tanatorio, crematorio o inhumación no figurasen en el diccionario de la Real Academia Española. Conste que más fúnebres -lo recuerdo cuando era niño- eran los entierros con las carrozas de caballos y detrás el cura, familiares y amigos por la hoy tan poblada calle Emilia Pardo Bazán. Llegará el día en que los que repelen esta situación sean los cadáveres. En el momento de escribir estas líneas no recuerdo quién fue el humorista que escribió la escena del cementerio: "Adiós, dijo el vivo al muerto. Hasta pronto, contestó el difunto".

La actitud de los presidentes de las asociaciones de vecinos, con todos mis respetos, es de echar balones fuera. Por otra parte, y todos contentos, ¿non dispón o Concello de lugares que non sexan no centro urbano? Temos alcalde e moitos concelleiros. Procede poñer os miolos a discurrir.

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