Opinión

Solos

Vivir es muchas cosas, morirse sólo una, o eso creo. Desde la atalaya que dan los años uno mira desde el retrovisor del tiempo ya con cara de mosqueo, por no decir otra cosa. La muerte cuando uno es joven, salvo accidente, es cosa extraña, incluso cuando pega cerca.

La sociedad que nos toca está enferma, posiblemente estemos todos ya muy afectados. Las sociedades de antaño, mucho más precarias, se arropaban entre sí. Aún quedan ejemplos que de cuando en vez saltan en los medios, familias de varias generaciones que viven bajo el mismo techo. Enternece porque es algo extraño. 

Uno recuerda, de niño, la memoria tiene esas cosas, uno por uno a todos y cada uno de sus vecinos de portal. Imposible escaparte a su presencia y al calor humano que emanaba, y no es nostalgia. Es cierto que todo aquel mundo era mucho más pequeño. Hoy vivimos de otro modo, cada uno se recluye en su hogar y de puertas adentro trasciende poco, salvo excepciones, que las hay. 
Vivimos en las prisas y la sociedad estresada, por tener no nos queda tiempo para tener familia, ni hijos; va con el momento. No digo nada nuevo, la marca demográfica es alarmante, nuestra generación ya no da ni para sustituir a la anterior, pero vivimos mejor, aunque sea una realidad aparente. ¿Y cómo morimos?

Enmarañados en la revolución tecnológica que nos persigue somos capaces de hacer amistades nuevas cada día, pero vivimos sólos. A veces da la impresión que cada una de ellas es un algoritmo hueco, aunque apunte que se llama Pablo Pérez. Aún así, no deja de sorprenderme cuando alguien dice tener más de 5.000 amigos virtuales, como si el recuncho de la amistad fuera un encierro en San Fermín. Se me viene a la mente el caso de aquel ciudadano vigués que apuntaba en su Facebook una cifra semejante y el día de su entierro eran cinco, no más, los que le acompañaban en su comitiva mortuoria. Todas estas líneas que se precipitan ya al vacío son para subrayar una de nuestras realidades cotidianas, la soledad. En esta sociedad de derribo que se nos antoja muy moderna y capitalista de aluvión, no tenemos tiempo que perder, ni para tener hijos, por eso moriremos solos. Eso dicen.

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