Cuestión de respeto” es la iniciativa que asumen conjuntamente el Concello y la Asociación para la Prevención y la Educación Social (APES) y que se desarrollará en seis centros educativos de Secundaria y de Formación Profesional de Ourense, abarcando un ámbito aproximado de doscientos cincuenta alumnos y con el propósito de fomentar la igualdad y la diversidad mediante un programa que contempla acciones de análisis y de reflexión en materia de diversidad para dotar a los jóvenes participantes de herramientas para prevenir situaciones de odio y violencia.
El objetivo final es que los alumnos adquieran unos conocimientos en dicha materia que les permitan estar preparados para afrontar una acción social cuya meta final es establecer una concienciación ciudadana. La metodología a utilizar tiene como finalidad poner en valor al alumnado, “convirtiendo a cada participante en agentes activos y de cambio social, fomentando el compromiso y la responsabilidad con su entorno y las problemáticas sociales de la comunidad”, según explican los promotores de esta iniciativa.
Sobre este particular, nuestro alcalde, durante la presentación de esta acción, subrayó que “trabajar con la juventud es vital para prevenir la violencia de género, así como la homofobia y el racismo, que también se han detectado”, y apelando al compromiso de los jóvenes, a su responsabilidad y reivindicar su capacidad “para convertirse en verdaderos agentes de cambio en nuestra sociedad, y contribuir a la erradicación de las desigualdades y la promoción de la diversidad”.
Pues eso mismo es lo que se precisa en nuestra sociedad: respeto. Con respeto es más fácil la convivencia. Es algo fundamental, y máxime en unos momentos en los que, como se está constatando, estamos viviendo en una sociedad inmersa en plena crisis de valores. “Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”, decía el filósofo suizo del siglo XVIII Jean Jacques Rousseau. Esa es la clave si queremos considerarnos integrantes de lo que se entiende como una sociedad civilizada.
Y para ello, es fundamental empezar por la base, que en este caso son nuestros niños y jóvenes, pues ellos están en plena etapa de aprendizaje y es el momento de inculcarles esa cultura de vida, esas nociones vitales para su formación como ciudadanos y, reproduciendo los objetivos de la citada iniciativa, “fomentando el compromiso y la responsabilidad con su entorno y las problemáticas sociales de la comunidad”, cuestión sobre la que es necesario enfatizar, pues toda acción de respeto implica ciertamente un compromiso y una responsabilidad, para lo cual hay que previamente establecer una concienciación personal y social.
