Opinión

Metamorfosis real

Para el DRAE, metamorfosis significa: “Transformación de algo en otra cosa”, o también “mudanza que hace alguien o algo de un estado a otro, como de la avaricia a la liberalidad o de la pobreza a la riqueza”. Estas últimas palabras quedan al libre albedrío de una subjetiva interpretación. Nosotros en realidad queremos hablar de la metamorfosis producida en uno de nuestros más singulares políticos, como es el líder del partido podemita y actualmente nada más y nada menos que vicepresidente del actual Gobierno de coalición.

Transformación “padecida” por un republicano convencido quien no hace mucho -en noviembre pasado- cuestionaba la utilidad de la monarquía y reclamaba modificar la figura del jefe del Estado en cuanto a que se accediese mediante proceso electoral “y no por fecundación”. Más claro, monarquía parlamentaria no, república sí. De hecho, desde su partido se ha venido reclamando la supresión de los aforamientos de la figura del rey, mediante una reforma constitucional que permita acabar con la inviolabilidad del rey -artículo 56 de la Constitución-.

Sin embargo, desde que la formación morada saborea las mieles del poder, de la moqueta y sofás con pedigrí, su percepción, al menos la de su más cualificado jerarca, de esa monarquía que parecía estar anclada en el régimen anterior -considerando que el rey emérito fue “designado” por “el Caudillo” cuyos restos se hicieron populares nuevamente con el “affaire” de su salida del panteón del Valle de los Caídos-, ahora ha cambiado manteniendo un perfil bajo sobre su papel, como cuando ese mismo líder no hace mucho reconocía que “la Monarquía no está en crisis, lo dice un republicano", por no hablar de la positiva valoración del discurso navideño de Felipe VI.

Pues bien, si nos dice no hace mucho que Pablo Iglesias iba a compartir escena protocolaria, “como ministro de jornada” junto a la reina Letizia, en un acto público, a buen seguro que nadie lo iba a creer. Pero es que eso fue lo que ha sucedido recientemente en A Coruña con motivo de la entrega de los Premios Fundación Princesa de Girona, donde ambos, además, fueron oficialmente recibidos por parte del presidente de la Xunta y la alcaldesa de dicha ciudad, entre otras autoridades. Recibimiento con el pertinente protocolo como correspondía al rango de la reina y del vicepresidente del Gobierno. Eso sí, el político “morado” -por lo del color de su partido, no porque las esté pasando “moradas”- ha sido fiel a su “etiqueta” y vistió americana y sin corbata.

En fin, en algún momento le sucederá como al personaje de Kafka en “Metamorfosis”: “Hasta la caída de la tarde no se despertó de su profundo sueño similar a una pérdida de conocimiento”.

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