Opinión

REGRESO

Vuelta a la normalidad. Regreso a las aulas, aun escalonado y por comunidades, en un año que dicen será más barato pese a que se aventuran subidas en libros, material escolar y ropa. Cada familia gallega destinará, y es la federación de consumidores independientes la que lo advertía ayer, una media de 685 euros en el regreso, siendo Galicia una de las tres comunidades donde más barata resulta la vuelta a la rutina, si por barato se entiende estar lejos de las 1.000 de media que por lo bajo se barajan en Cataluña o Madrid. En Ourense, donde la próxima semana marca el inicio del nuevo curso -en los primeros días cuanto más pequeños sean los alumnos-, serán menos las aulas y menos los que las ocupen en lo que se refiere sobre todo a las poblaciones del rural. El descenso, por obvio no menos preocupante, debería aparejar la misma reflexión de todos los años, toda vez la provincia envejece al ritmo que desaparecen aulas en Infantil y Primaria, y aun a pesar del aumento poblacional marcado por los nuevos registros de población inmigrante.

En cuanto al regreso, al menos hasta donde yo recuerdo y a pesar de mis iniciales y posteriormente corregidos bandazos académicos, los días de retorno no suponían grandes traumas. Es más, recuerdo la ilusión con la que forrábamos en casa libros y carpetas, por más que estos llegaran de manos de mis hermanos mayores y fueran ya manuales expertos en las asignaturas que en unos días me aguardaban.

En Psicología infantil ante estos días hablan de paciencia, optimismo y constancia en padres y alumnos, ejes no ya solamente del curso a punto de iniciarse, también en la actuación futura de los que a partir del lunes recuperarán los perdidos hábitos durante los meses de descanso y, más aún, en los que con ellos inician temporada en calidad de docentes.

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