Opinión

Suspiros de España

En este país, de cuyo nombre ya nadie se acuerda, hace falta que venga otro Quijote. Y otro Mesías. Cuanto antes. 

 Por un lado, los molinos de viento amenazan. Resulta que circula por ahí un autobús con una consigna espeluznante: los niños tienen pilila, las niñas vulva. Y las izquierdas enloquecen, y el autobús, que pasaría con pena y sin gloria –lo que hay que oír, ‘Hazte Oír- se hace más famoso que Cervantes. Y se prohíbe que circule, por transfóbico. Y el ‘prohibido prohibir’, tan propio del rojerío, se convierte en prohibido disentir. Y hay hasta refriegas en la Universidad Complutense entre estudiantes. 

En este país, mal llamado estado español, resulta, por otra parte, que un drag queen pintarrajeado como una cacatúa, se cuelga una cruz a la espalda en los carnavales de Las Palmas, y las derechas se deshacen en llanto. Una catástrofe: ‘Es el día más triste de mi estancia en Canarias’, suspira el obispo de la isla; incluso dice que lo pasó peor con la gala Drag que con el accidente del vuelo de Spanair, en el que perdieron la vida 154 almas. Hay que joderse: Hay de aquel por quien venga el escándalo: Ni la desaparición del niño Yéremi Vargas en el barrio Vecindario, ni el funesto mal ejemplo de los curas pederastas de Granada, ‘los Romanones’, cuyo caso se juzga en estos días, entristecen tanto al mitrado. 

Resulta que este es el ‘único’ país del mundo en el que por exhibir la bandera nacional te pueden insultar, te pueden llamar facha y pueden hacerte bullying patriótico. Resulta que este el ‘único’ país del mundo, en donde se discrimina por razón de género: hoy vale más la palabra de una feminazi que la presunción de inocencia de un padre de familia. Resulta que hay una guerra montada, no ya entre izquierdas y derechas, no ya entre hombres y mujeres, sino también entre perroflautas y ultrameapilas. ¿De verdad no hay otros problemas en esta gloriosa España nuestra? 

¿De verdad no hay otras autoridades más competentes, otras televisiones menos barriobajeras, otra libertad de prensa dando la vara con nimiedades y creando conflictos en donde se vive mejor que en ninguna otra parte del planeta? De verdad. De verdad, hace falta que venga otro Quijote, y nos ridiculice con su insigne locura. Y otro Francisco de Goya, y nos retrate a garrotazo sucio. Y otro Cristo, de verdad, que vuelva con el látigo y nos dé un escarmiento a esta raza de víboras. Estamos profanando un País que no nos merecemos. Un ‘País único’, con mayúscula. Unos y unas. Y es una pena. Entre el Miño y el Guadalquivir está el Edén. España es un paraíso. Y nosotros, después de todo, pronto seremos puro viento. Pura ceniza.

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