Opinión

Acampada en Despeñaperros

Sabemos ahora que Pedro Sánchez le confirmó a Felipe que se abstendría en segunda vuelta y que por tanto no cumplió su palabra, de tal suerte que el viejo gurú del neo socialismo español al que Willy Brandt convirtió en uno de sus hijos políticos, está enfadado y tiene al joven líder del partido por mentiroso y deshonesto. Felipe está que trina y se ha incluido de cuerpo y alma en el operativo que se está desarrollando con epicentro en Andalucía, para intentar descalabrar a este Sánchez obcecado y pétreo que nada quiere escuchar de fracasos y dimisiones, que ha echado al cierre a cualquier acto de autocrítica, que se mantiene impávido ante el desplome electoral y el conflicto interno de su partido, y que está dispuesto a morir matando echando mano para ello de cuanto subterfugio le proporcione el pintoresco régimen interno de la formación que está dejando en prenda.

Las portadas de los diarios han cambiado la foto de Sánchez por la de Susana Díaz y sus titulares suenan a ya vistos. Se dice que la baronesa está acantonando sus tropas en el paso de Despeñaperros y que por tanto ha movido ficha descubriendo –como diría el añorado Suárez- a nivel de calle su conocida antipatía por Sánchez que hasta ayer solo era manejada en los ámbitos más domésticos. No es nueva está metáfora que coloca a las huestes del “susanismo” montando las tiendas en la frontera, pero esta vez parece que la cosa va en serio. La caótica situación socialista, la abierta guerra interna derivada del desaguisado que alienta su secretario general, y los desastrosos resultados electorales que Sánchez está cosechando en cadena permiten que por las ventanas de la sede en la calle de Ferraz salgan columnas de humo negro, y la idea que lanzó al aire un militante socialista hace unos días como quien tira una piedra –la posibilidad de que la mayoría de la ejecutiva socialista dimitiera para obligar a dimitir al secretario general sustituidos todos por una gestora con la que acudir al congreso- es ahora piedra angular de la estrategia de acoso y derribo para cargarse a Sánchez. Antes del sábado eso sí, porque de no conseguirse en esta fecha límite la posibilidad se esfuma. Voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir, ya lo dijo Federico…
 

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