Opinión

Iceta, el solicitante

Me asomé al programa de Bertín Osborne buscando conocer un poco más al líder del PSC, un político que sospecho tímido y reacio a abrirse llamado Miquel Iceta al que el autor del programa trató de aproximar un poco más de lo que hasta el momento se ha logrado, a los espectadores que no sean catalanes. Iceta no es precisamente un dechado de expresividad a pesar de incidir una parte de su imagen ante el gran público en su supuesta afición por el baile. El político catalán, con apellido y raíces vascas, se marcó una rumba en un mitin y ahí ha quedado esa estampa, de empedernido lector, sensible, algo apocado y no muy dado a abrirse. Más un sujeto tímido y casero que un danzante.

Sin embargo, ese perfil bajo que Iceta transmite y que parece explicar el hecho de que un personaje como él termine convertido en preside el PSC -apelando a la coincidencia en lugar y tiempo de un rosario de casualidades- encarnaba hasta entonces la bendita posibilidad de que fuera un tipo sensato y moderado, sin locuras ni petardazos para el que el pastoreo del siempre difícil colectivo socialista de Cataluña podría significar una labor de contención y amanse. El PSC sin embargo, y con él al mando,  ya desobedeció la orden de la Gestora negando su voto a Rajoy en la sesión de investidura, y existe una creencia muy extendida en la opinión pública  por la que se sospecha que acabará rompiendo con Ferraz para trazar su futuro por libre. En definitiva que crea incógnitas.

En casa de Bertín, y más con el referente en la retina de una explosiva, atractiva y valerosa Inés Arrimadas que le había precedido en la visita a los dominios del cantante, Iceta apareció melifluo y con muy poquito cuajo. Recuerda a aquellos curas obreros de la transición que, subyugados por la doctrina social, acababan por colgar los hábitos, convirtiéndose en sujetos oscuros y desclasados, malamente vestidos y como con la mirada fija en las musarañas. 

Todo ello, hasta que se ha puesto a solicitar peregrinos deseos coincidiendo con la campaña electoral, dispuesto probablemente a recortar la pérdida de respaldo a base de solicitar absurdas concesiones   que no hacen otra cosa que abundar en la asimetría y en la injusticia entre territorios. El miércoles fue  pedir la condonación de parte de la deuda catalana, y ayer la idoneidad de que Cataluña recaude todos sus impuestos. La pregunta cae de cajón. ¿Por qué Cataluña sí y el resto no? Iceta va mal por ese camino y Pedro Sánchez debería saberlo. Otra cosa es que pueda hacer algo para que Iceta deje de pedir disparates. O que quiera hacerlo…

Te puede interesar