Opinión

Rodarán cabezas

A Sánchez no le tiembla la mano para sacrificar peones en su propio beneficio, la primera, Margarita Robles

Sospecho marejada en el CNI y supongo también profunda tribulación en un Gobierno que ha hipotecado su suerte al independentismo catalán hasta el punto de que no puede dar puntada sin que se lo permitan aquellos que lo mantienen donde están. Se trata sin embargo de un juego perverso en el que la propia indignidad del pacto aboca a una dependencia  íntima y compartida que invalida toda posibilidad de que unos prescindan de los otros y los otros de los unos porque a ambos se les acabaría la leche de la teta. Sánchez y los suyos no pueden adoptar decisiones que lesionen los intereses del secesionismo y el secesionismo no puede forzar la máquina de sus pretensiones para no colmar la paciencia de sus mentores y que el acuerdo tácito que los acogota a ambos salte por los aires. Se trata de un equilibrio prendido por alfileres, sin brillo y vergonzoso, que no busca  en absoluto el bienestar del administrado sino la conveniencia de las dos fracciones pero que pervive y no se toca. Así son las cosas.

Sin embargo, este protocolo de obediencias mutuas que exige servidumbres a ambos lados de cada trinchera está a punto de cobrarse una primera víctima que en realidad implica la entrega de dos cabezas de turco. La primera pieza entregada por Sánchez al que no le tiembla la mano a la hora de sacrificar peones en su propio beneficio se llama Margarita Robles y es en estos momentos ministra de Defensa. Dicen que esta cartera despierta fidelidades y aviva el compromiso, una respuesta frecuente en los elegidos para desempeñarla que puede acarrear no pocos problemas. Robles, jueza de carrera con un largo periodo de su vida profesional trascurrido en Cataluña, no ha querido mantener ese silencio exigido en un tema tan delicado como la vigilancia del CNI a los  líderes independentistas, -maniobra de primero de espía porque  semejantes sujetos están atentando nada menos que contra los cimientos mismos de la nación y las piezas maestras del Estado de derecho-. Robles ha salido en defensa del Centro Nacional de Inteligencia aunque le cueste el puesto. Pero si bien el primero de los chivos expiatorios es una penosa pérdida personal porque Robles es una de las pocas titulares de ministerio que ha dado la talla, el segundo es más grave porque el segundo es el propio CNI que el presidente Sánchez va a entregar en bandeja a los independentistas. Y esto sí que es una tragedia. A Sánchez esas cosas no le importan pero a la nación, sí.

Te puede interesar