Opinión

La tragedia como argumento

Resulta altamente doloroso e injusto que una tragedia altere fuertemente las tendencias en una cita electoral pero la experiencia afirma que es así, y los ejemplos se suceden para demostrarlo como bien sabemos los españoles a los que la terrible carnicería de los atentados de Madrid influyó de un modo tan decisivo que puso patas arriba todos los cálculos y se convirtió en un argumento invencible para determinar la elección de un nuevo gobierno. Aquellas elecciones deberían haberse pospuesto probablemente, pero se celebraron muy pocos días después del apocalipsis de los trenes de cercanías y colocaron en la Moncloa al candidato que iba a ser derrotado sin paliativos en la consulta según todas las encuestas. Las urnas se inclinaron por elegir a José Luis Rodríguez Zapatero y desde entonces nada fue lo mismo, empezando por determinar cómo se desempeñaría a partir de ese instante la propia presidencia del Gobierno.

Las noticias que llegan del Reino Unido advierten de que el atroz asesinato de la diputada Joanne Cox le está dando una vuelta a las encuestas y su dramática resaca está apretando de nuevo el resulta inclinándolo paulatinamente del lado de los que desean que el país se quede. La muerte de la joven parlamentaria, madre de dos hijos y estrella incipiente de la nueva generación laborista, ha caído como un baño de lluvia ácida en la opinión pública británica y muchos se preguntan si un dilema como el que se plantea en Gran Bretaña a estas alturas del siglo XXI con una dudosa solución que se producirá para bien de unos y mal de otros el próximo día 23, ha valido una vida.

Yo prefiero creer que este súbito crecimiento de los contrarios al Brexit se debe a un cambio de orientación positivo en una sociedad isleña y tradicionalmente aislada del resto continental por un canal que todos llamamos de La Mancha adoptando la terminología francesa salvo los británicos que lo conocen como el English Channel, un detalle que puede y debe tenerse en cuenta. Me gustaría suponer que los disparates  usados por los entusiastas de la ruptura con el ex alcalde Boris Johnson a la cabeza, han sembrado la duda en el pensamiento británico y han sugerido una profunda reflexión, pero es muy posible que no acierte. Solo espero que la desventurada muerte de la heroína Jo Cox sea el desencadenante de la reacción. Al menos, si gana la permanencia, su sacrificio no será vano.

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