Opinión

Y Caín mató a Abel

Se llama cainismo a una conducta agresiva, especialmente detectada en algunos animales, por la cual un individuo de la especie trata de matar a sus afines o allegados. Se trata de un comportamiento que se inspira en la figura bíblica de Caín, que mató a su hermano Abel y que ha pasado a la posteridad como el primer fratricida del que tiene fidedigna noticia el género humano. El cainismo es una actividad que se está dando mucho últimamente y que se contempla socialmente no como una aberración se practique como se practique, sino como un recurso más y en muchos casos sumamente beneficiosos sobre todo si el escenario donde se aplica esta bárbara costumbre es la política. Es un estilo casi de referencia en la vida cotidiana de los partidos políticos y parece obvio tener que recordar algunos de sus ejemplos más recientes. Por citar uno muy próximo, apelemos al traumático modo que han observado los socialistas para enemistarse nuevamente entre sí tomando como hilo conductor de su reyerta la designación de su candidatura por la provincia de Pontevedra. Y los enconos, desplantes, posiciones públicas encontradas y violentos desacuerdos que ha generado este debate cerrado a escoplo sin que la herida cauterice.

Naturalmente el cainismo no se reduce estrictamente al ámbito de la actividad política aunque es en ella donde adquiere mayor ferocidad y también mayor prestancia, sino que asoma por otras rendijas. Un amplio sector de socios y aficionados del Atlético de Madrid se están preguntando a estas alturas y tras dos partidos de Liga sino es hora de librarse ya de Cholo Simeone y si el ciclo vital del argentino en el banquillo colchonero se ha cerrado y lo que es más duro de aceptar, rozándolos todos pero sin obtener más que un gran título. El cainismo al estilo atlético es muy perturbador y da miedo porque va en el carácter rojiblanco añadirle intensidad y desmesura a todas las facetas de su existencia. Del mismo modo que Simeone ha exigido a sus futbolistas que corrieran como si se enfrentaran a una jauría de lobos y jugaran como si no hubiera mañana, de ese modo la parroquia del Manzanares va a debatir la continuidad de su santo y seña. Con los sentimientos a favor y en contra aguzados a tope. Caín mató a Abel descalabrándole con la quijada de un burro. Pues eso…
 

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