Opinión

La desconfianza

La desconfianza en cuanto el mundo y las personas es a veces causa de desgracia porque, sobre todo, en la mayoría de las ocasiones, tal actitud carece de base. Esta tendencia humana en los tiempos que corren se hace demasiado habitual y trae como consecuencia situarse en tierra de nadie, o sea, sin un clavo al que asirse. Los investigadores de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, han tratado el tema de la desconfianza cínica, y han llegado a la conclusión de que esta propensión negativa aumenta el riesgo de demencia. Mientras que por el contrario,  quienes miran la vida de frente y con una actitud positiva y confiada, envejecen con mejor salud.

El estudio motivo de este artículo, se llevó a cabo con cerca de 1.500 personas, y la conclusión fue que aquellos con altos niveles de predisposición hacia la desconfianza cínica pueden poner en peligro su cerebro y desarrollar demencia. El trabajo al que se alude aquí, ha sido publicado en la revista "Neurology" que edita la Academia Americana de Neurología (AAN). Según este estudio, la citada tendencia se define como la creencia de que el resto de los humanos se mueve únicamente por intereses egoístas, y esto se asocia con problemas de salud, de los que no faltan los relativos al corazón. La autora del mismo, Anna- Maija Tolppanen, de la Universidad de Finlandia Oriental, incide en la demostración de que el bienestar psíquico puede influir de manera decisiva en la forma en que se envejezca, edad ésta en la que la demencia es uno de los trastornos característicos.

El trabajo es exhaustivo, por lo que es imposible e impensable abarcar en un pequeño espacio como éste un mínimo de todo lo que contiene. Sin embargo queda claro que una mirada positiva ante la vida ayuda a tener un final más apacible y confortable para la mente y por ende para el espíritu. Cierto que tal como están las cosas, un panorama incierto que empuja a la duda y la inseguridad, tiene que costar bastante esfuerzo conservar la confianza en algo esperanzador, pero siempre hay lo que anima a ello. Lo bueno y lo malo se entremezclan en la vida, pero en el ser humano radica el poder del libre albedrío para seleccionar y optar por lo mejor. Sin dejar de lado la memoria que enseña que todo es relativo o poliédrico, y que entre las miles de caras contenidas en ello, también están las ilusionadas.

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