Opinión

Líquido cuántico

Queridos lectores, recordarán que en uno de mis artículos les había prometido lo siguiente: “El agua es la vida. Y sin ella no puede haber nada, a no ser que esos cerebros maravillosos que estudian e investigan en esas catedrales de la sabiduría que son los laboratorios, descubran algo que sustituya al líquido elemento. Que parece ser que ya hay algo de eso. Pero, queridos lectores, ‘eso’ queda para otro artículo”. Y aquí está lo prometido. No sé, por supuesto, si el nuevo hallazgo que comentaremos podrá sustituir en algún momento al agua común, pero dado el avance científico, todo puede llegar a ser real. Los proyectos del ser humano en lo bueno y en lo malo se suelen hacer realidad. O por lo menos se intenta. Se dice que todo lo que imagine la mente está aquí. Sólo se necesita verlo, por lo que se podría decir que todos los mundos están en éste. Pero la pregunta que queda en el aire es: si el descubrimiento que nos ocupa hoy llegará a cristalizar como tantas otras cosas que algunos imaginaron una vez, ya superadas en el tiempo, contribuirá como ellas a que la vida cobre un mejor y mayor sentido en el avance de la civilización y el progreso. Pienso que sí. 

La novedosa noticia informa sobre el citado descubrimiento: un líquido cuántico, que ¡asómbrense! es “millones de veces más diluido que el agua y un millón de veces menos denso que el aire”. Y uno se pregunta, ¿cómo puede ser posible? Pues es posible porque un grupo de investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas lo ha logrado utilizando átomos ultrafríos para producir gotas de elemento tan singular. Algo extraordinario de lo que los entendidos e interesados pueden encontrar datos en el artículo publicado en la revista Science. Sería harto difícil para un lego en la materia meterse en los complicados recovecos que este estudio describe. 

Baste saber que líquidos y gases, espacios, densidades, volúmenes, cantidades, partículas, temperaturas, condiciones, materia, potasios, átomos, helio y mecánica cuántica, forman parte intrínseca de ello. Privilegiados cerebros que tratan de tú a tú a estos complejos componentes, y pueden manejarlos con la precisión con la que un ama de casa prepara una ensalada y le sale de rechupete. Y es que cada uno de ellos en sus “cocinas”, prepara las exquisiteces correspondientes e inherentes a sus gustos y conocimientos.

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