Opinión

Vídeos con historia

Vivir en plena naturaleza es vivir en el paraíso, pero como ya escribí en una ocasión, todo paraíso tiene su serpiente. Cierto que usted se mueve entre la hermosura que suponen los ciervos, los pájaros de extraordinarios colores, ardillas, mofetas y toda clase de animales que pueblan esos lugares privilegiados. Pero en realidad lo negativo no exento de belleza, no tiene porqué ser precisamente un ofidio. Al margen de él, hay animales que te pueden destrozar la vida. En unos vídeos impagables se muestran varias secuencias de una mamá mapache que se coló en una casa particular por el hueco producido por un parcial derrumbe del tejado, lugar estratégico en el que anidaba con sus crías.

Un mapache es ese animalito que tiene una especie de antifaz natural en la cara por lo que resulta de lo más gracioso y hasta familiar ya que parece un pequeño caco en plena faena. Sin embargo, si se encuentran por casualidad con uno, absténganse de tocarlo e incluso acercarse a él. En Norteamérica es un animal común que goza de absoluta libertad, y que se puede ver incluso en Central Park tras el cartelito que avisa de peligro. Los cuentos y dibujos animados lo han hecho muy cercano y entrañable, pero no hay que fiarse porque es muy agresivo y tiene unas armas en forma de garras y de colmillos que hacen temer lo peor. El vídeo al que me refiero plasma la completa ruina en la que quedó la habitación en la que fue a parar. Naturalmente quedó encerrado en ella, porque no es posible hacerles frente. Tuvieron que llamar a los responsables de las sociedades de animales que son, con sus especialistas, los encargados de rescatar a los intrusos que invaden terrenos prohibidos, ya que de otra forma sería imposible el recuperarlos para dejarlos de nuevo en libertad.

Sea como sea, y a raíz del vídeo en el que se ve al animal como lo destroza todo e incluso trepa por las paredes en busca del hueco para subir y proteger a sus pequeños, las gentes contaban sus experiencias nada agradables, referidas a las irrupciones que en su momento sufrieron. Una de ellas, quizá la más espeluznante, es la de una enorme rata subiendo por el sanitario con persona sentada en él. Ante esto, pienso que las garras del mapache y sus afilados colmillos pierden importancia. Bueno, son cosas que pasan. Anécdotas para contar, y recordar, que la rosa tiene espinas.

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