Desde finales del 2019, las noticias sanitarias ha estado mayormente relacionadas con la covid-19. Pero los expertos creen que este año que comienza determinará el final de esta pandemia. Todavía esperamos ilusionantes novedades al respecto, pues ciertos avances alcanzados con las vacunas contra el SARS-Cov-2 abrirán las puertas para el tratamiento de otras patologías, como el cáncer por ejemplo. Por el momento, estrenamos año con la aprobación del Paxlovid de Pfizer para el tratamiento de covid-19 por vía oral, una sustancial diferencia frente a otros fármacos inyectables. Cómo no, Israel pionero al recibir varios millares de estas píldoras, una combinación de nirmatrelvir y ritonavir, capaz de reducir en casi un 90% las hospitalizaciones y las muertes en los pacientes de riesgo.
Para ello, este tratamiento debe iniciarse durante los primeros días de la infección. También esperamos para el 2022 la aprobación de las vacunas esterilizares contra la covid-19 que utilizan virus patógenos debilitados, capaces de estimular la producción de anticuerpos específicos que eviten la diseminación de la infección. Desde el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) la ciencia española continúa trabajando en este sentido. Se trata de una vacuna todavía en fase preclínica, que utiliza ARN autorreplicativo. Será de aplicación intranasal, una de las puertas de entrada del coronavirus en nuestro organismo, y además podrá incorporar de manera sencilla las nuevas mutaciones del SARS-Cov-2.
Dejando a un lado la pandemia, durante el 2021 hemos asistido a importantes avances que continuarán aportándonos agradables sorpresas. Para la prestigiosa revista Science, el algoritmo AlphaFold que predice de forma altamente precisa la estructura de las proteínas, constituye el avance científico del año. La inteligencia artificial (IA) ha sido capaz de dibujar la estructura de todas las proteínas del cuerpo humano, lo que se traducirá en el mayor conocimiento de las enfermedades y en el desarrollo de medicamentos más eficaces. Otros avances han llegado de la mano de la CRISP-Cas9, una técnica de edición genética ya aplicada en la práctica clínica, que podrá corregir millares de mutaciones genéticas asociadas a enfermedades humanas, además de progresar en el tratamiento de patologías infecciosas transmitidas por insectos, como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla.
Por su parte, la prestigiosa revista Cell anunciaba en abril los resultados de unas investigaciones que pudieran parecer ciencia-ficción. En realidad, el equipo del científico español Juan Carlos Izpisúa, consiguió los primeros embriones híbridos de células de mono y humano en unos experimentos no exentos de polémica bioética, aunque los investigadores han dejado bien claro que su objetivo no es desarrollar nuevos organismo, denominados quimeras, sino desarrollar tratamientos específicos para determinadas enfermedades, para cribar fármacos, valorando su posible toxicidad y para allanar el camino hacia los xenotrasplantes. Durante 2021 también fuepresentado el primer fármaco específico contra el Alzheimer, enfocado directamente hacia la causa de la enfermedad, así como prometedoras neuroprótesis que permitirán la comunicación de aquellos pacientes con daños cerebrales extensos. Bienvenido 2022, bienvenido futuro.
