Opinión

Psicosis

Los especialistas en salud mental emplean el término psicosis para referirse a ese particular estado donde una persona pierde el contacto con la realidad, bien padeciendo delirios y alucinaciones, o bien comportándose de manera incoherente o inapropiada. A los que padecen estos síntomas se les denomina psicóticos, y quizás la banalización de ambos términos científicos haya proliferado incontroladamente en los medios de comunicación y en las redes sociales. Tal vez haya influido el comportamiento de algunos gobernantes que rigen los destinos de sus gobernados. La desconexión con la realidad puede ocurrir en cualquier momento, bajo condiciones de miedo y ansiedad. Sostiene Aloysius que el que nunca se haya comportado de manera incoherente que levante la mano, que tire la primera piedra. O el primer misil hipersónico o termobárico.

En este desasosegarte mes de marzo, asistimos diariamente al sufrimiento de nuestros prójimos ucranianos, que han abandonado sus hogares escapando de la muerte y la destrucción. Los que han podido hacer una pequeña maleta, han salido a la carrera con sus pequeños hijos y animales de compañía. Los que han podido, porque muchos ancianos y enfermos no han corrido tanta suerte. En ciudades arrasadas, sin agua, alimentos, medicinas ni energía eléctrica, podemos imaginarnos lo que ha ocurrido con los más frágiles y dependientes. Recién nacidos están viniendo al mundo en medio del fragor de los bombardeos, como en todas tantas guerra del pasado y del futuro. ¿Qué estará ocurriendo en los hospitales, las clínicas para enfermos psiquiátricos, los orfanatos, los asilos? Dicen los expertos que este tipo de situaciones disparan la solidaridad, pero también los comportamientos egoístas. Y nadie se libra de ello, incluso a pequeñas escala. Esto podría explicar prácticas tan llamativas como acaparar papel higiénico o aceite de girasol. Y otras tan insólitas como disparar la demanda de comprimidos de yodo, en prevención de una hipotética explosión atómica, a pesar de las advertencias de médicos y farmacéuticos. Las pastillas de yodo se emplean habitualmente como complemento para las mujeres embarazadas y pacientes con hipotiroidismo, en dosis 1300 veces inferiores a las necesarias en una situación de riesgo nuclear.

Al ser Ucrania el granero de Europa, la guerra de Putin ha provocado la paralización de su producción industrial y agraria. Estos días escuchamos a muchos expertos replantearse nuestra dependencia energética y alimentaria. Muchos cultivos tradicionales se abandonaron en España debido a los altos costes de obtención y a cierta indefensión de los productores, pudiendo parecer que resulta más barato comprar estos bienes más allá de nuestras fronteras. Parafraseando a Don Miguel de Unamuno, que inventen ellos: que produzcan y generen riqueza ellos, los otros, que nosotros estamos demasiado ocupados tratando nuestra psicosis colectiva. Por curiosidad, estos días hemos repasado dos viejos libros: “Pronósticos del futuro” (1967) de Erich Jantsch, Herman Kahn y otros, y “Predicciones: 31 grandes figuras pronostican el futuro” (2000). La verdad es que todos los autores fueron bastante optimistas. Ojalá la cordura regrese pronto.

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