Este verano que acaba de comenzar viene cargado de novedades respecto a la pandemia. A medida que la vacunación masiva ha ido avanzando entre los colectivos de mayor riesgo, el SARS-CoV-2 y sus variantes más infecciosas poco a poco han ido encontrando un nuevo nicho ecológico entre los más jóvenes, hasta el límite de disparar una vez más todas las alertas entre las autoridades sanitarias. En España, la incidencia se ha incrementado como consecuencia de los viajes de fin de curso de muchos estudiantes a las Islas Baleares y otros lugares turísticos, precisamente ahora que algunos países europeos, cuyos ciudadanos son visitantes habituales de nuestras playas y ciudades, iban a levantarnos el veto.
Pero no se puede descargar la culpabilidad únicamente en unos jóvenes ávidos de diversión después de tantas restricciones y confinamientos. Todavía seguimos sin entender cómo pudo autorizarse un concierto multitudinario en la Plaza Mayor de Mallorca, uno de los supuestos focos del macrobrote de covid-19 en nuestro país, mientras en la misma ciudad, y casi al mismo tiempo, se organizaba una experiencia piloto con 3.000 espectadores en un concierto del grupo catalán Sidonie, sin la necesidad de guardar las distancias físicas. ¿Será ésta la nueva normalidad, que tantos dolores de cabeza seguirá provocándonos?
Las autoridades políticas parecen escurrir el bulto, apelando una vez más a la responsabilidad individual y colectiva, un mantra que llevamos escuchando meses, con los resultados por todos bien conocidos. Afortunadamente, hay quienes también se han arremangado y se han puesto a trabajar para evitar la diseminación del coronavirus y sus variantes.
Queremos destacar la iniciativa capitaneada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) junto al Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA), acreditado como centro de excelencia por el Programa Severo Ocho, y la asociación Mesura. Con el apoyo de la Generalitat Valenciana han publicado una estupenda Guía de ventilación de espacios interiores destinada a los comercios, hoteles, cines, teatros, museos y otros lugares donde tenemos que compartir con los demás el aire que respiramos, como oficinas y otros edificios públicos.
Estos autores repasan de una manera muy gráfica cuestiones tan importantes como la necesidad de ventilar el aire dentro de cualquier espacio cerrado, aportando soluciones y recomendaciones tanto para la ventilación normal como para la forzada, los diferentes sistemas limpiadores del aire y los protocolos de validación de una buena ventilación. Por supuesto, han considerado toda la información actualmente disponible, que deberá adecuarse periódicamente a las modificaciones científicas, y recordándonos a todos que en este problema, no existe el riesgo cero.
