Opinión

Hoy Europa es más

A estas alturas resulta difícil concebir la existencia de España si no es integrada en la Unión Europea. Idéntica voluntad han mostrando sucesivos países desde los fundadores iniciales. Tras décadas, el espacio europeo se constituye de mucho más que de simples naciones.

Una infraestructura de comunicaciones es lo primero que aportó la pertenencia al Mercado Común. Una red de vías rápidas que conectan cualquier punto, incluso el más remoto del mapa peninsular. Y vías, miles de kilómetros de un trazado por el que circulan los trenes de alta velocidad. Sólo pensar en que Ourense se comunica con A Coruña en apenas una hora de viaje en Alvia era impensable no hace tanto.

Europa ha supuesto la modificación total del paisaje. Sí, es cierto, quizá falló la picaresca al declarar a Galicia como pescadora y Andalucía por su producción agrícola, una equivocación que ha supuesto el desmantelamiento de la flota pesquera en el norte y la limitación en las cuotas de producción de huerta, pero el saldo final no es nada desdeñable. Incorporados en el resto del mundo industrializado, la Unión Europea ha supuesto la mayor modernización que España podría haber soñado jamás, considerando por ende que el país se hubiera hundido como consecuencia de la crisis económica si no estuviera respaldado por las instituciones comunitarias.

Viajar sin tener que llevar pasaporte. Instalarse sin necesidad de solicitar un permiso de residencia. Pagar con la misma moneda sin necesidad de andar canjeándola... Cruzar una frontera sin que los guardiñas portugueses o los gendarmes franceses le hicieran vaciar el maletero de un Seat 850 a un pobre infeliz que horas antes había jugado al tetris para colocarlo.

Sin embargo el europeísmo significa más: las paridad de leyes y normas. Los mismos derechos e idéntico amparo legal para todos los ciudadanos, cuya seguridad y estatus se garantiza a lo largo de todo el territorio de la Unión Europea.

Pero las ventajas van mucho más allá, alcanzando la capacidad de competir frente a los gigantes económicos como Asia o América del Norte. El euro, como moneda única, se codea con el resto de divisas como una de las más sólidas y estables mientras la capacidad productiva y el empuje del mercado interior revalidan que la unión hace la fuerza, hasta el extremo de ser la Unión Europea un adversario temido por el presidente Donald Trump.

Una Agencia Espacial Europea que ha supuesto el despegue dentro de la carrera espacial para las empresas y gobiernos de todas las naciones integrantes del magno proyecto europea, pero también la asistencia sanitaria, jurídica, educativa...

Europa es un modelo a seguir por el resto de naciones y asociaciones de países al fomentar el respeto, la igualdad, la libertad, la solidaridad, la sostenibilidad —tanto económica como medioambiental—, así como la pugna por la competitividad y la protección de sus miembros.

Pero quizá lo más llamativo es que el proyecto final sea el bienestar de los ciudadanos. Para muestra el logro que tras diez largos años se ha instaurado en el toda la Unión, el fin del "roaming", uniendo a las personas y facilitando su vida. Hoy como nunca los ciudadanos europeos deben congratularse por el anhelo de Robert Schuman, uno de los padres de la Comunidad Económica Europea, un visionario capaz de concebir un continente fuerte y sin fronteras, unido por un sueño que ambiciona contagiar a toda la humanidad, porque como dijo el Che Guevara, todos los pueblos del mundo deben unirse para conseguir lo más sagrado que es la libertad, el bienestar económico y el sentimiento de no tener absolutamente ningún problema insalvable por delante.

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