Opinión

La mejor legislatura

A poco que se analice la situación del país se pude deducir que esta puede llegar a ser la mejor legislatura de la historia, o cuando menos la más clarificadora.

La explicación nace en la revisión de la Ley Orgánica de Educación, esa conflictiva ley educativa aprobada en tiempos del Ministro Ignacio Wert —aunque nunca correctamente desarrollada—, que ha dado para repartir bofetadas a diestro y siniestro.

Pero si hay algo que nunca se aireó lo bastante acerca de esta norma educacional es dónde y cómo se gestó. El origen de la LOMCE hay que buscarlo en el segundo mandato de Zapatero, durante el que Gabilondo y Cospedal a punto estuvieron de ratificarlo, quedando pospuesto por la convocatoria de las elecciones en las que ganarían el PP. En el último momento los Populares se retiraron de la firma para sacarle rendimiento electoral a la norma.

Pese a no haber llegado a un acuerdo final durante el gobierno del PSOE, La propuesta de Wert fue la misma versión que la consensuada, a excepción de cuestiones puntuales como la doctrina conservadora que se incluyó en la nueva redacción en contraposición a la Educación para la Ciudadanía, y por supuesto la cuestión religiosa que entra en conflicto con el modelo de estado laico.

Tras casi un año de indecisión hasta el nombramiento de Rajoy, el nuevo gabinete se ve forzado como nuca a negociar cada norma que busque aprobar. La postura de Méndez de Vigo es el mejor ejemplo de lo que depara el futuro. Desde la salida de Wert por la puerta trasera, eso sí con su oportuno premio francés, el actual titular de la cartera de Educación ha tenido que ir cediendo terreno hasta la reciente propuesta de diálogo y negociación. Finalmente la nueva ley educativa se desenvolverá en el contexto de la más pujante pluralidad en la que participarán el Ministerio, las autoridades competentes de los gobiernos autónomos, las comunidades educativas representantes docentes y sindicatos, además de Gobierno y oposición, lo que supondrá la posibilidad de aprobar la más democrática y eficaz legislación sobre la materia.

Sin embargo la cuestión de Educación trasciende a su contenido al proyectar la realidad del nuevo hemiciclo. España se encuentra ante la que puede llegar a ser la mejor legislatura de la democracia. El hecho de tener que concertar entre todos los grupos del arco parlamentario prácticamente todas las leyes que en el futuro rijan el país, va a suponer el Gran Pacto de Estado en favor de la ciudadanía, un hito histórico que nunca se había dado hasta la fecha.

Ahora es el momento en el que todas las formaciones políticas tendrán que arrimar el hombro, no solo para garantizar la gobernabilidad de España, sino también para que cada ley que dimane del Estado contemple los intereses, expectativas y preferencias donde se vean reflejados todos los electores.

Esta es realmente la voluntad popular, que cada partido muestre si su empeño se va a dirigir a defender los intereses de la ciudadanía o los intereses partidistas.

El reciente acuerdo entre Podemos y el PP en Andalucía para impedir la supresión del copago sanitario —al margen del análisis de la medida en sí—, quizá sea el paradigma de un nuevo modelo político además de mostrar con claridad los verdaderos intereses de cada uno porque, como escribió el célebre humorista catalán El Perich, decir la verdad lo puede hacer cualquier idiota. Para mentir hace falta imaginación.

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