Nací en León a la edad de nada años. Fui al colegio y aprendí alguna que otra letra, principalmente la A, que conseguí aprendérmela muy bien.
Conocí la Guerra Civil Española. Apenas me enteraba de nada. De lo que sí me daba cuenta es de que la guerra hacía ¡Pum!
También recuerdo una de las primeras novelas que leí y que me hizo mucha gracia. Del autor no me acuerdo, del título sí, se titulaba "¿Quiere usted ser tonta en diez días?
Yo creo que de ahí me viene el no tomar la vida en serio. Ya lo dice una canción que muchos de ustedes recordarán: "Tomar la vida en serio es una tontería, hay que gozar, hay que vivir, que de un berrinche puedes morir". Y, la verdad, morirse es una lata; además, la muerte es muy fea.
Esto de morirse me trae a la mente cierto nombre que amasó una fortuna inmensa en un año, ese hombre debería de haber sido ahorcado doce meses antes.
Pero hablemos de la vida y de los que se enriquecen de la noche a la mañana.
La vida es un tren en la que los sinvergüenzas, llevando billete de tercera, viajan en primera.
¿Saben que es lo que a mí más me rejuvenece? Comer cacahuetes.
Además, ya lo dijo el sabio Salomón: "Viejo, dos veces niño". Aunque también hubo quien dijo: "Los viejos son niños que crecen hacía atrás".
