Opinión

Acoso a Pedro Sánchez

Es tan evidente el acoso a Pedro Sánchez, tan claras las descalificaciones, tan ácidas las consideraciones de algunos de sus compañeros sobre la falta de experiencia del secretario general del Psoe, que al final va a salir potenciada su imagen hoy decaída.

Porque siendo verdad que se esperaba más de él, que en estos meses ha demostrado serias lagunas como estratega político, y que además ha pecado de exceso de protagonismo, que se le vea como centro de las críticas de quienes más debían defenderle, los suyos, está provocando una reacción de simpatía de otros dirigentes y de un amplio sector de militantes que no admiten que se le descalifique desde dentro. Menos aún en un año electoral en el que es indispensable presentar una imagen unida en lugar de un partido descalabrado en el que se cuestiona el liderazgo de su secretario general.



SUSANA DÍAZ EN EL HORIZONTE

La palabra “traidores” es fácil escucharla en las últimas horas. Y no dirigida a Susana Díaz, que aparece como la figura a la que esos supuestos “traidores” quieren ver como cabeza de cartel. Es más, la presidenta andaluza ha mantenido una larga conversación con Sánchez en la que los dos han puesto en claro muchas cosas, y la presidenta andaluza le ha reiterado su apoyo como secretario general. Aunque eso no signifique que le vaya a apoyar como candidato a la presidencia del gobierno. Y habría que añadir que ese tipo de apoyo nunca se lo anunció Díaz, o al menos no lo anunció públicamente. Que sin embargo en pleno huracán haya expresado su respeto a “mi secretario general”, es significativo. Por el “mi”. 

Desde el sector Sánchez cuentan además que la presidenta andaluza le tiene al tanto de todos sus proyectos. Posiblemente Pedro Sánchez es el único que conoce las intenciones de la presidenta andaluza respecto al calendario electoral, y sin duda será la primera persona a la que comunicará Díaz su decisión en firme del adelanto.

El runrún sobre la decepción respecto a Sánchez circulaba desde hacía semanas, entre otras razones porque personas muy destacadas del Psoe confesaban esa decepción, como confesaban que Susana Díaz era la mejor candidata para presentarse como candidata a La Moncloa. También se mencionaba a Carmen Chacón, miembro de la ejecutiva de Sánchez y encargada de las relaciones internacionales y que mantiene una buena relación personal con Sánchez aunque no es ningún secreto para nadie su sintonía desde hace años con Susana Díaz. Fue Chacón la que preparó el viaje de Sánchez a Estados Unidos, aunque las medallas se las colgó Manuel de la Rocha, que fue quien acompañó a Sánchez a Washington junto a Juan Moscoso, porque el viaje tenía fuerte contenido económico. Chacón irá a los próximos, como ha ido a los anteriores. 

Chacón mantiene algunas diferencias con Sánchez por la línea actual del PSC, que respalda Sánchez. La exministra estaba totalmente en contra de la consulta independentista, que sin embargo el PSC aceptaba aunque se desmarcaba de las tesis independentistas. 



ALMUERZO DE LA DISCORDIA 

Con el runrún sobre discrepancias convertido en un auténtico tsunami, se produce la noticia de que Bono y Zapatero han almorzado con Pablo Iglesias y Errejón sin conocimiento de Sánchez, lo que provoca auténtico estupor porque el hecho de que un expresidente de gobierno y ex secretario general del partido se reúna con el principal adversario de Sánchez sin comunicárselo previamente es cuando menos una falta de respeto. 

Sobre ese almuerzo se pueden añadir algunos datos más. No fue a cuatro, sino que al domicilio de Bono acudió un quinto comensal, Emiliano García Page, alcalde de Toledo y secretario general del Psoe de Castilla La Mancha. Desde el entorno de Zapatero se ha dicho que el expresidente llamó después a Sánchez para informarle de la reunión. No es cierto. Sánchez se enteró porque se lo contó un periodista amigo del expresidente, y a Sánchez le pareció tan inaudito que no le creyó, hasta el punto de que cuando días después coincidió con Zapatero le comentó entre bromas que le habían ido con el cuento de que se veía con Pablo Iglesias a sus espaldas. Y quedó estupefacto cuando Zapatero le confirmó que era cierto. 

Ese dato fue, probablemente, el que hizo pensar a Pedro Sánchez que dirigir un partido no es un trabajo fácil: es necesario liderar con protagonismos, luchas por el poder, camarillas y deslealtades.

El cerco a Sánchez, tan evidente, tan confesado, además de provocar una reacción de apoyo por parte de la militancia, a la que el secretario general ha cuidado especialmente, podría provocar también una reflexión sobre su forma de llevar el partido. Hay quien apunta que podría repartir más juego, pero desde su entorno se alega que se ha intentado hacerlo en estos meses, pero son los propios medios de comunicación los que insisten en contar con Pedro Sánchez y no atienden la sugerencia de entrevistar con otros dirigentes. Tendrían que reflexionar en ese entorno que a lo mejor eso indica que tienen razón los que critican que Sánchez haya elegido una ejecutiva de perfil bajo en el que apenas destacan un par de nombres con historial en política y trayectoria relevante en el Psoe. 

Las críticas se centran en César Luena, el riojano secretario de organización, de perfil gris, que no conoce suficientemente el Psoe y que en estos meses ha demostrado importantes carencias que le impiden presentarse como lo que debería ser el número dos de un partido, un hombre sólido, decidido, con autoridad. Que además debería complementar a un secretario general que apenas unas semanas antes de acceder al cargo apenas era conocido por los dirigentes y los militantes socialistas.

En ese mismo entorno se responde a las críticas con el argumento de que Sánchez estaba obligado a hacerse conocer en esta primera fase, no tiene afán de protagonismo, y que ese trabajo de conocimiento es laborioso e intenso. Ante las polémicas por la propuesta de abolir el artículo 135 de la Constitución impuesto por el gobierno Zapatero, afirman que el anuncio de esa abolición si Sánchez gobierna, actuó “como un bálsamo” en una militancia que no aceptó de buen grado un artículo que iba contra los principios sociales de los socialistas. 

Se advierte entre la gente de Sánchez que no piensa cambiar de forma de actuar. Cree que está en el buen camino, más cerca de las bases que de bailar el agua a los históricos, y considera que esa es la línea adecuada. Por otra parte no parecen sentirse preocupados por la posibilidad de que surjan más candidatos para las primarias. Lo único que les preocupa es el reto inmediato de conseguir un buen resultado en las elecciones de mayo, inmediatamente anteriores a las primarias.

Un dirigente de los que apoyó firmemente a Sánchez comenta que “le falta bagaje”; otro que le apoyó y sigue apoyando afirma que “siento un profundo malestar por cómo le están haciendo la cama. Este partido siempre ha estado con su secretario general, más aún con unas elecciones ahí mismo”. 

En lo que sí coinciden uno y otro es en que el equipo es “muy flojo”. El primero apunta que “Pedro confunde el apoyo que se le dio para la Secretaría General con un cheque en blanco para la candidatura a la presidencia del gobierno”; el segundo, que “es lógico que haya gente con ganas de presentarse a las primarias y me parece bien, pero mientras llega el momento de dar el paso, hay que apoyar al secretario general.

En lo que hay coincidencia también es en considerar que Zapatero ha cometido un error imperdonable, al igual que Bono: reunirse con Pablo Iglesias a espaldas de Sánchez. Un asunto que les pasará factura.

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