Los expresidentes Felipe González y José María Aznar, los exministros Solana y Ruíz Gallardón, Albert Rivera y otras personalidades de los dos principales partidos, han participado en un acto de apoyo a los presos políticos venezolanos, con duras palabras hacia Nicolás Maduro, al que calificaron de tirano, además de poner de manifiesto su escaso respeto a las reglas de la democracia.
No acudió ningún miembro del gobierno de Rajoy, pero su apoyo a la causa de la oposición venezolana y a sus principales presos políticos, entre ellos Leopoldo López, es constante y activa; nadie puede dudar de dónde está el gobierno y el PP respecto al chavismo y a Venezuela.
De hecho el padre de Leopoldo López mantiene muy estrechas relaciones con el PP y acudió a su congreso. Lo que se echa en falta es que no se encuentre en esa línea de denuncia el tercer expresidente, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre todo cuando forma parte de un supuesto equipo negociador. Y bien que presume de formar parte de ese equipo negociador, aunque la oposición venezolana rechaza dialogar con él porque le ven excesivamente defensor de Maduro, en lugar de intentar que el presidente venezolano acepte la convivencia democrática, acabe con la inestabilidad social y con la falta de respeto a las libertades, y se someta al veredicto de lo que decida el parlamento, en lugar de invalidar permanente sus iniciativas a través del Tribunal Supremo, organismo que se ocupó de controlar con profesionales afines cuando perdió las elecciones legislativas.
Con su ausencia, Zapatero avalaba a quienes denuncian que está más cerca de Maduro que de la oposición… con todo lo que eso conlleva. Probablemente presentará alguna justificación a su ausencia cuando se vea en falta, pero ni siquiera su agenda internacional –irrelevante, la verdad sea dicha- puede servirle de excusa, podía haber enviado unas palabras de apoyo para ser leídas en el acto al que no podía acudir.
Para nadie es un secreto que las relaciones entre González y Aznar son casi nulas, inexistentes. Se saludan cortesmente cuando coinciden en algún acto institucional, y punto. Por eso es especialmente significativo que hayan aceptado sin condiciones presentarse juntos en un acto organizado para recordar los tres años de prisión de Leopoldo López, uno de los casos más clamorosos de violación a los derechos humanos protagonizado por el régimen chavista. Tanto, que incluso Donald Trump ha recibido a su esposa Liliana Tintori y al finalizar el encuentro exigió a Maduro la libertad de López.
Personalidades de todos los partidos, excepto Pablo Iglesias, han mantenido una posición de apoyo constante a Leopoldo López y la perseguida oposición venezolana.
Y Zapatero… pues se ha puesto de perfil. Ausente, que es la manera de no mostrarse a favor ni en contra. Posición que en roman paladino significa que le incomoda expresar públicamente que reprueba a Maduro.
