Opinión

El deseado

Aitor Esteban es un tipo fácil de trato, amable, campechano, austero como buen vasco, que huye de los protagonismos y que se lleva bien con todo el mundo. Se toma muy en serio su trabajo de portavoz y, como todos los portavoces parlamentarios del PNV en el Congreso, no mueve un dedo sin consultarlo previamente con la sede del partido. Los de la Transición recuerdan perfectamente cómo Marcos Vizcaya, que hizo historia porque eran tiempos en los que se hacía historia de España, se ausentaba de todas y cada una de las reuniones en las que se tomaban decisiones importantes porque tenía que consultarla con Bilbao. Desde entonces, siempre ha sido así. La llamada del portavoz peneuvista a Sabin Etxea  forma parte de la cotidianidad de la vida parlamentaria.

Estos días Aitor Esteban es el hombre más  deseado por los que se juegan todo en la moción de censura. Pedro Sánchez ya ha advertido que no piensa mover un dedo para pedir el voto a nadie y efectivamente no lo hace, pero sí algunos de sus guardias de corps, entre los que destacan, por activos y por eficaces, su secretario de gabinete Juanma Serrano -apunten ese nombre, es quien más hace y deshace en Ferraz- y el secretario de Organización José Luis Ábalos. Esteban ha sido "tanteado" para ver cómo respira el PNV ante la moción de censura, de sus 5 votos depende en gran parte que Sánchez gane o pierda. Pero no solo es Esteban el oscuro objeto del deseo de  los socialistas, sino que también los populares tratan de averiguar cómo respira el portavoz. No hay cerco ni presiones, pero algo parecido, y no se limitan al portavoz parlamentario, sino que  a través de personas interpuestas -en ningún caso Rajoy ni miembros del gobierno o de la dirección del PP- se intenta averiguar qué se piensa en Sabin Etxea, sede del PNV, sobre la moción y sus consecuencias. En Sabin Etxea  manda Andoni Ortúzar, que es quien toma la decisión última, la que recibe Aitor Esteban para que la transmita a sus cuatro compañeros.

El PNV tiene la llave de lo que ocurra pero no suelta prenda. Situación desesperante para  quienes se juegan todo el viernes pero por prudencia prefieren no descolgar un teléfono para pedir socorro, no sea que Ortúzar se enfade. Tanto en PP como en el PSOE saben qué interesa al PNV y qué le preocupa, y la mayoría de los mensajes que se lanzan estos días van dirigidos indirectamente a los vascos: los Presupuestos podrían no aprobarse si Sánchez se convierte en presidente, no habrá adelanto electoral  si se mantiene Rajoy -es lo que conviene a Rivera para convertirse en presidente- ,  Ciudadanos quiere una nueva moción con un candidato independiente... De todo ello toman nota Esteban y Ortúzar, que el viernes inclinarán la balanza en un sentido o en otro.  

Los nervios están a flor de piel.

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