Opinión

Hora de balance

No ha habido excesivas sorpresas a la hora de  hacer balance del año que termina, aunque Rajoy ofreció noticia importante, que convocará la sesión constitutiva del parlamento catalán para el 17 de enero. Ya pueden espabilar los independentistas, les quedan poco más de dos semanas para llegar a acuerdos que les permitan hacerse con  el poder en la Mesa y, lo que tiene más morbo, deben decidir qué hacer con el escaño de los fugados y de los que cumplen ahora prisión provisional.  

Pueden tener acceso al acta de diputado a través de persona interpuesta, pero votar solo si el juez les da permiso para acudir al Parlament. Y Puigdemont será detenido de inmediato si pisa territorio español será detenido de inmediato. Las cábalas sobre quién va a ser presidente son eso, cábalas; dependerá de decisiones judiciales que se producirán al margen de sus intenciones. En cuanto a ser presidente desde Bruselas, como pretende, lo ha definido perfectamente Rajoy:  ya va siendo hora de que impere el sentido común.  

Rajoy se vino arriba desgranando los datos económicos, que es lo mejor que puede ofrecer al finalizar un año que él mismo calificó de “extremadamente difícil”, porque lo de Cataluña ha sido un desafío que ha contaminado toda la actividad política. No olvidó Rajoy agradecer el apoyo de PSOE y Ciudadanos para afrontar  el problema, apoyo que efectivamente ha sido clave para plantar cara a la locura independentista utilizando la ley para cumplir la ley. Pero por muy buenos que sean los datos económicos, sabe el presidente de gobierno que en los resultados electorales intervienen muchos otros factores, y el PP no está en la mejor de las situaciones para preparar   las próximas elecciones, tanto las autonómicas y municipales como las generales, con excesivo optimismo. También se vino arriba Albert Rivera al hacer balance, el éxito de Arrimadas en Cataluña le lleva a pensar que la presidencia del gobierno no es una meta imposible, rezuma optimismo.  Pone condiciones para mantener la colaboración con Rajoy,  reforma de la Ley Electoral y del Senado,  eliminación de aforamientos –un empeño personal de Rivera- y financiación territorial entre otras.  

Lo del Senado y la financiación territorial está en la agenda de la subcomisión del Congreso que inicia sus trabajos en enero, y que será el punto de partida de la reforma constitucional, así que Rivera  no aportó excesivas novedades.

 Pero al menos dio la cara, no como Sánchez e Iglesias que  hicieron balance a través de  persona interpuesta. Ábalos, número tres del partido aunque de facto es el dos, anunció que existía un claro distanciamiento entre Psoe y Podemos y entre Sánchez e Iglesias. Se sabía,  es muy evidente; pero que lo reconozca Ábalos es muy significativo.

El 2017 ha estado impregnado por el problema del independentismo catalán y, tras escuchar los balances y proyectos futuros de los partidos    se adivina  que en el 2018  seguirá marcando la vida política y social.

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