Opinión

El paso atrás de Durán

Lo había dado a entender, cuando alguien anuncia un periodo de reflexión suele indicar que ha tomado una decisión pero da un tiempo al de enfrente para que se haga a la idea, así que no ha sido una sorpresa que Durán i Lleida abandone finalmente la secretaría general de CiU.

Ha chocado que mantenga la portavocía del grupo parlamentario catalán en el Congreso de los Diputados, porque es evidente que en los últimos tiempos ha tenido que tragar saliva antes de votar siguiendo las instrucciones de Mas, que en ocasiones han ido contra sus principios como ocurrió cuando se vio obligado a abstenerse en la ley de abdicación del rey Juan Carlos. El paso atrás de ahora no tiene más objeto que marcar distancias con el independentismo, aunque asumió hace tiempo la defensa de la consulta, incomprensible en alguien que ha defendido durante años la españolidad de Cataluña, y la seguirá defendiendo contra viento y marea, aunque pone sobre la mesa lo que él llama “tercera vía” y que no es más que un amago de componenda que no gusta ni a los independentistas ni a los que defienden la legalidad y la Constitución.

Josep Antoni Durán i Lleida fue considerado durante años el político de más prestigio entre la opinión público, pero la deriva independentista de CiU y de Artur Mas echó por tierra esa imagen porque se movió con una tibieza que irritó a tirios y troyanos. Con el tiempo llegó a convertirse en una figura con cierta dosis de patetismo, porque se vio obligado a defender lo contrario de lo que siempre había defendido. Artur Mas, por otra parte, se echaba cada vez más en los brazos de ERC, un abrazo del oso que acabará con la vida política del hoy presidente de la Generalitat, y ese acercamiento a ERC es lo que finalmente ha provocado la marcha de Durán de una coalición de partidos, CiU, en la que ya no se siente cómodo.

Dice que su retirada ha sido pactada con Artur Mas. Es la peor salida, solo puede mantenerse como referente del nacionalismo no independentista, que era su terreno, si se aleja de Artur Mas y de su política, que lleva a Cataluña al desastre. Durán i Lleida sobrevivirá políticamente si desde Unió apuesta por un nacionalismo constitucional, convierte Unió en un partido centrado que cumple sus compromisos nacionales e internacionales –donde Durán se mueve muy bien, o se movía antes de las tesis independentistas de Artur Mas- y apuesta firmemente, como hacía hasta hace tres años, por una Cataluña con trato de favor por parte del gobierno central como reconocimiento a sus derechos históricos, pero dentro de España.

Fuera de esa posición le esperaba el abismo. Y ha dado marcha atrás cuando se encontraba a punto de precipitarse.

Te puede interesar