Opinión

El PP asume que Vox es indispensable

López Miras ha cedido ante Vox. Ha asumido, porque así se le ha indicado desde Génova, que era inevitable el acuerdo con Vox para formar gobierno en Murcia. Ha conseguido que Vox se haya conformado con dos consejeros en lugar de los tres que exigía, pero no es gran consuelo. Su esperanza, como la del PP nacional, es que Vox no saque excesivamente los pies del plato y modere algunas de sus posiciones, insoportables para un porcentaje alto de votantes del PSOE y más insoportables todavía para los socialistas que desencantados con Sánchez podían haber votado al PP en las elecciones de julio.

Este lunes Feijóo expondrá ante la Directiva Nacional de su partido, más de 300 personas, qué piensa hacer de cara a la investidura, en qué consiste su decisión de hablar con todos los partidos excepto Bildu. Si significa mano abierta a negociaciones o simplemente saber qué exigen a un partido nacional para facilitar la investidura a su candidato, sea Feijóo o Sánchez. 

Mientras, el actual presidente -en funciones- no duda de que Feijóo no será investido y él sí. Le es exactamente igual que desde los partidos constitucionalistas -el suyo dejará de serlo si Sánchez asume todo lo que le piden los independentistas y el PNV- se le acuse de utilizar artimañas ilegales para aceptar lo que él mismo consideraba ilegal e inconstitucional hace apenas unos meses, con declaraciones muy claras en ese sentido. No le preocupa, solo le interesa el resultado. Y además cuenta con un plantel de medios de comunicación dispuestos a hacerle la ola, medios que, también ellos, consideraban ilegales sus posibles cesiones actuales hasta que desde Moncloa llegaron los mensajes de que Sánchez iba a por todas para mantenerse en el gobierno. En boca de Sánchez, a por todas significa exactamente eso: que sus intereses están por encima de cualquier otra cuestión, incluida la legalidad. La oposición recurrirá al TC, pero que le echen un galgo. Resolverá cuando convenga a la mayoría del TC, la llamada progresista, igual que hace el gobierno, pero hace tiempo que dejó atrás el progresismo para convertirse en serviles colaboradores de independentistas y nacionalistas de trayectoria conservadora, más la izquierda radical.

Panorama oscuro el que se presenta al PP. Ceder en Murcia ha sido doloroso, aunque inevitable según asumen sus dirigentes menos inclinados a aceptar las exigencias de Vox. Solos no van a ninguna parte, la prueba es que Francina Armengol se ha hecho con la presidencia del Congreso y la mayoría de la Mesa gracias a la abstención de Vox, que también sabe cómo chantajear. 

La única esperanza de Feijóo, si como es previsible no es investido presidente, es complicar la gobernabilidad de Sánchez desde dos centros de poder: el Senado y los territorios. 

El PSOE solo gobierna en Castilla-La Mancha, Navarra y Asturias. Sánchez saca pecho, pero el resultado de mayo fue desastroso para “su” PSOE, y en julio perdió las elecciones.

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