Opinión

Rebelión nacional

No solo miente el presidente de Gobierno, también algunos de sus colaboradores más insignes, con la portavoz Isabel Rodríguez como alumna aventajada. Acusa a Feijóo de llamar a la “rebelión nacional”. 

Previamente Rodríguez había acusado a Aznar de “golpista” por proponer manifestarse contra quien está trabajando a favor de una amnistía que no cabe en la Constitución. El lenguaje del ex presidente de Gobierno fue muy duro, pero en ningún momento pronunció la palabra rebelión, aunque sí algunos medios de comunicación que comulgan con el sanchismo. Los argumentarios del socialismo actual tienen doble dirección; unas veces Moncloa pone en marcha el mecanismo de descalificación del adversario para que lo repitan los afines, y otras son los afines quienes marcan el camino.

Me quejaba días atrás de la falta de iniciativa del centro y derecha para movilizar la calle. Lo mantengo, pero esa falta de iniciativa se acaba con un Feijóo que ante el cúmulo de disparates políticos que se viven estos días y que capitanea el Gobierno, ha decidido pedir a los españoles que expresen públicamente su desacuerdo en un acto en Madrid. El disparate, el escándalo, es que Sánchez pretende gobernar gracias a los 7 votos que le aporta un prófugo de la Justicia… y aceptando sus exigencias. Con el ingrediente añadido de que probablemente Sánchez no habría conseguido los escaños que ha tenido si no hubiera mentido tan descaradamente a sus electores, como ha denunciado valientemente el manchego García Page: apenas tres días antes de las elecciones, negó, por inconstitucional, que pudiera aprobarse la amnistía.

La izquierda actual se remueve como víbora ante la decisión del centro y la derecha de movilizarse contra el Gobierno. Lo hizo primero Sociedad Civil Catalana, que ha convocado a una gran manifestación el 8 de octubre que puede tener gran impacto, porque SCC no se casa con ningún partido pero denuncia permanentemente los avances de quienes pretenden desgajarse de España, lo que no aceptan gran parte de los catalanes, incluso del PSC. Tras SCC ha sido Feijóo -antes de que Aznar promoviera movilizarse, nunca rebelarse- el que planteó a la dirección de su partido que había que convocar un acto de repulsa a lo que pretende hacer Pedro Sánchez con este país. 

Tiene bemoles que el gobierno haya puesto el grito en el cielo. La izquierda ha organizado manifestaciones y concentraciones contra los gobiernos de Aznar y Rajoy, ha rodeado el Congreso de los Diputados para protestar por iniciativas parlamentarias, ha utilizado métodos violentos para intentar reventar reuniones internacionales celebradas en España, y ha bloqueado el acceso a servicios de primera necesidad. 

Da la impresión de que a los sanchistas les ha afectado más de lo que reconocen que “ los viejos” del partido, como ellos dicen, defiendan públicamente algo que defiende el PP: que lo que pretende Pedro Sánchez es insostenible. Que hace falta política de Estado, no compadreo con tránsfugas y con partidos que se mueven fuera de la Constitución.

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