Opinión

Respeto al rey... y punto

No tienen motivo los catalanes para sentir orgullo por cómo conmemoraron el primer aniversario del atentado terrorista más traumático sufrido a la largo de su historia.  La organización fue perfecta,  los sones del Cant  del Ocells de Casals ponían de nuevo el corazón en  un puño y el respeto que recibieron las víctimas y los familiares de quienes perdieron la vida en las Ramblas y en Cambrils fue ejemplar. Pero fallaron los dirigentes independentistas catalanes, para vergüenza de unos ciudadanos que  merecen  ser representados por personajes que representen al pueblo catalán y a sus instituciones con dignidad. 

Hace tiempo que alardean de lo contrario, pero este aniversario merecía ser una excepción. Debía creer Quim Torra que con el educado saludo al Rey había cumplido con su papel, pero nada más lejos: no perdió la oportunidad de referirse a los presos políticos, cuando se trata de políticos presos por decisión judicial y, cuando creía D. Felipe que le presentaba a su mujer, le presentó a la mujer de Joaquín Forn. El exconseller de Interior que iba a ser puesto en libertad con fianza por razones de salud, y al que finalmente el juez mantuvo en prisión preventiva al llegar la noticia de que su compañera de partido Marta Rovira había huido a Suiza. Así se escribe la historia. Así se inventan víctimas que no lo son.

Hubo respeto al Rey. Punto. Solo eso, respeto.  Gritos de apoyo, pero ni siquiera se llenaba la plaza de Cataluña. Ya se habían ocupado las autoridades catalanas de crear el ambiente idóneo para que no se congregaran miles de personas. La noche anterior,  hasta una enorme pancarta con el Rey boca abajo permaneció durante horas sin que nadie la quitara  por discrepancias entre los mossos y la policía urbana sobre quién debía intervenir. Desde Bélgica, Puigdemont tuvo la caradura de acusar a las fuerzas de seguridad del Estado de no haber impedido el atentado.  Puigdemont, conviene recordarlo, cuando era presidente  se puso como una hidra cuando el Periódico  de Catalunya publicó que los mossos habían sido alertados por la CIA sobre un posible atentado en Barcelona. El ex presidente acusó al periódico de inventar la noticia… cuando él mismo era quien la había comentado al director. Así se escribe la historia.

Barcelona ha rendido homenaje a sus muertos  con un acto sencillo, emotivo,  con la presencia de las más altas autoridades del Estado y totalmente ajeno al debate político.  Es lo que los independentistas no han podido soportar, que su voz reivindicativa, republicana y antiespañola no sonara en una fecha tan emblemática. Lo dicho: los catalanes no merecen a quienes les están gobernando. No merecen ser representados por políticos faltos de grandeza,  cortos de miras… y mentirosos.

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