Opinión

Carta a un viejo, en todos los sentidos, amigo

Querido amigo: Me contó un pajarito, también por aquí hablan los pájaros, no creas, no iba ser solo en Venezuela, pues sí, hablan, el problema es la traducción, pero en este caso había una intérprete y me dijo que te había entrado una especie de síndrome postvacacional, postverano, postelectoral, postquimio, preotoñal o que sé yo, que hace que no te sientas con ánimos para nada, ni siquiera para contar alguno de tus chistitos, que habías perdido los apetitos, todos, la ilusión, la sonrisa, el buen humor, en resumen, las ganas de vivir.

No sé por qué me contó todo eso, al fin y al cabo son cosas personales, se dice, ya sabes, pero en el fondo lo encontré algo lógico porque, a simple vista, viendo los acontecimientos del día a día, todos, más aún siendo mayores, aunque no tengamos un postxxx, podemos ver las cosas desde ese lado negativo, sobre todo si tenemos el mando de la tele a mano con sus informativos, pero bueno, tío, solo se me ocurre decirte una cosa. ¡Ánimo amigo! ya dejo a un lado lo de viejo, no sea. ¿Te acuerdas de aquel día cuando estábamos en …? Recuerdos, recuerdos, pero ¿Es cierto que recordar es volver a vivir como nos decía aquella canción de nuestra juventud? Decía San Agustín que si pienso, dudo, en fin, pensar, recordar, añorar, el caso es que la vida sigue, amigo, al menos de momento, y….

Seguirá habiendo amaneceres aunque tú ya no te quieras levantar para contemplarlos. Tal vez tengas sobrados motivos para hacerlo al ver como algunos valientes, chulos o simplemente estúpidos, igual bloquean un tren de pasajeros dejándolos tirados en una estación perdida de Castilla, como bloquean un país entero con todos sus habitantes, con un par, sí señor, porque yo lo valgo, ahora bien, no te lo pierdas, razonando, eso sí, todos con sus razones, tío, faltaría más, como siempre, como todos, si hasta los pirómanos tienen las suyas, y Atila, Nerón, Stalin, Hitler y vecinos, también las tenían, no creas, y si resucitaran, volverían hacer lo mismo, seguro; algo estamos perdiendo que nos lleva irremediablemente por el camino de la imbecilidad, pero aún así, amigo, no hay suficientes motivos para el pesimismo, yo creo en la esperanza, que diría el Díez Alegría, y tenemos que seguir adelante, aunque viajemos ya con la reserva encendida y estemos en primera línea de playa, o de fuego, da igual, pero llegaremos hasta la meta, hasta el final, aunque nos arrastremos, porque la vida sigue, y…

Seguirá habiendo atardeceres con sus románticas puestas de sol. ¿Recuerdas? Aunque tú ya no estés enamorado, porque sabes perfectamente que ya nunca volverán aquellas tardes de amor furtivo del que ya no te has podido olvidar el resto de tu vida y que estoy seguro que recordarás hasta tu último suspiro, pero aún así, amigo, adelante, la vida sigue, y…

Seguirá habiendo primaveras aunque a nuestra generación la hayan engañado sin compasión y sin límites diciéndonos que volverían a reír y con aquella dichosa camisa nueva. Y tú dirás, y dirás bien, viejo amigo, pero ¿qué leches le habré hecho yo a este tío esta mañana para que me de la brasa de esta forma? Yo que me disponía a pasear tranquilamente por la playa con mi también viejo y gordo perro, a ver si adelgazamos un poco, los dos. Besos, tú.
 

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