Opinión

LAS SIETE VIDAS DE BERLUSCONI

El incombustible primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, de 74 años y en plena forma, se ha salvado de nuevo 'in extremis' en la votación de una moción de censura en la Cámara de los Diputados destinada a desbancarlo. Según todos los indicios, Berlusconi había comprado descaradamente, casi a la luz pública, tres votos de tránsfugas, los necesarios para salvar el trance parlamentario, uno del Partido Democrático y dos de antiguos miembros de Italia de los Valores que se han dejado tentar. Ya ni los nombres interesan a nadie. Es tan común el cambio de chaqueta por dinero o influencias en la política italiana que ha habido más de un centenar de casos en los últimos dos años y medio. El diario 'La Reppublica' cifra entre 250.000 y 500.000 el precio para sobornar a un diputado, una minucia para este moderno 'Ciudadano Kane' que deja irrisoriamente pequeño en manipulación al antihéroe cinematográfico interpretado por Orson Welles. La traición en política como artimaña habitual está a la orden del día en Italia.


Nótese que cuánto más delicuescente es la situación en la península italiana, más resaltan los pomposos nombres de los partidos a comenzar por el de Berlusconi, que se llama Pueblo de la Libertad. Il Cavaliere - otro nombre poco adecuado asignado al sin par personaje - seguirá gobernando el país transalpino a trancas y barrancas. Logró 314 votos contra 311 y dos abstenciones en un escrutinio excepcional que duró dos horas por realizarse nombre a nombre. El apretado recuento resulta en esta ocasión importante porque la diferencia es mínima y podría presagiar el principio del fin de la era Berlusconi según algunos comentarios optimistas. La verdad es que por las noticias que nos llegan de Roma, no lo creo: aunque lo fundan y lo vuelvan a hacer de nuevo, Silvio Berlusconi seguirá siendo el gobernante y capitán de empresa astuto, artero y hábil que cree a pie juntillas que el fin justifica los medios, según lo describen las crónicas.


La sesión fue tumultuosa en el Parlamento italiano el pasado martes y en las calles de Roma estallaron manifestaciones de protesta en las que hubo 40 heridos al trascender el resultado de la votación parlamentaria; en otras ciudades importantes se produjeron también serios incidentes por el hartazgo provocado por los métodos demasiado expeditivos del gobernante.


Sobornos, cohecho, tránsfugas, gritos, peleas, sorpresas, sobresaltos inesperados, la política romana será todo menos aburrida. El dirigente más influyente de Italia, omnipresente en la vida pública a lo largo de los últimos quince años, parece tener aún hoy más de siete vidas a pesar de este revés. Al día siguiente ya estaba buscando nuevas alianzas.




Fini tendrá que esperar


Giancarlo Fini, ex primer ministro y después impulsor de la moción de censura, presidente del partido Futuro y Libertad, primero aliado y después rival de Berlusconi, creía que había llegado su hora para gobernar. Pero era no contar con el taimado potentado. Tras el voto desfavorable, Fini tendrá que esperar: creó una coalición de partidos de derecha y centro derecha llamada 'Polo de la Nación' que probará suerte en los meandros de la anómala política italiana.


Política anómala y dirigente anómalo. Con Berlusconi llegó el escándalo. Divorcio bullanguero y costoso, orgías, frases machistas y malos chistes verdes, todo es, en efecto, piedra de escándalo con el atrabiliario personaje que siempre hace de su capa un sayo, como cuando promulgó una ley según la cual el presidente de la República, el primer ministro y los presidentes de la Cámara de los Diputados y del Senado no pueden ser juzgados por ningún delito relacionado con su cargo mientras estén en el Gobierno. Carta blanca general, pues, pero sobre todo para 'Il cavaliere'. Una nueva finta antidemocrática.


Leyes como ésta han facilitado que surja y se afiance este político sui generis populista, excesivo, tergiversador, reo de múltiples procesos judiciales que se lo cree todo permitido. La sociedad italiana, que hizo posible su ascenso y lo encumbró, tiene gran parte de culpa. Ennegrece aún más su retrato en las biografías la sospecha de que mantiene relaciones con la mafia de Calabria.


Este magnate de los medios de comunicación controla los tres canales de la RAI, los tres del poderoso grupo Mediaset, es decir, el 100% de la televisión terrestre italiana y el 90% del total. Su imperio se extiende también a la prensa escrita. Son suyas las cabeceras de periódicos relevantes como 'Il Giornale',' L’Expresso', 'Epoca', 'Panorama', posee la mayor empresa de publicidad italiana… dispone de una concentración de poder sin precedentes, domina la información y la opinión. En Europa lidera un vasto imperio mediático transnacional que va desde 'La Cinq' en Francia a 'Telecinco' en España, todas sus sociedades son boyantes y lucrativas.


Para ser concretos,, según un estudio publicado por la revista norteamericana 'Forbes', amasa una fortuna de 6.500 millones de dólares, repito 6.500 millones de dólares, y es un nabab, el hombre más rico de Italia. Como dice precisamente un cínico proverbio italiano, 'el dinero no da la felicidad, pero calma los nervios'. n

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