La instalación de Eurovegas en Madrid depende en buena medida de que se modifique la ley antitabaco para que se pueda fumar en los casinos. Es incomprensible que un inversor sea capaz de torcer el brazo a un Gobierno y le obligue a cambiar una norma cuyos efectos benéficos son innegables y superiores a las pérdidas que auguraban los interesados. Pero he aquí que la OCU acaba de publicar un informe en el que advierte de que muchos ambientadores de uso doméstico emiten más sustancias tóxicas y nocivas que el tabaco. Esa puede ser la solución para Eurovegas, llenar los casinos de ambientadores, hasta que Sanidad los prohíba. Al menos así se salva la dignidad nacional.
