Titulaba un diario de tirada nacional que tener cáncer es “una putada”. No se puede expresar con mayor claridad lo que siente un enfermo de cáncer. Sobre todo, porque en la mayor parte de los casos no se conoce la causa de la enfermedad. Quién fuma o bebe sabe que juega muchos números en la lotería de Babilonia para que el pulmón o el hígado en primer lugar y luego otros órganos queden dañados, o la piel por el sol. Pero hay otros muchos de los que no se sabe la causa y toca la lotería y no dan la cara hasta que ya están desparramados por todo el cuerpo. O sea, que hasta para tener cáncer también hay que tener suerte. Que se coja a tiempo y encomendarse a los avances científicos. Tener buen ánimo también ayuda, pero cada vez hay más gente que reniega de ser considerado un luchador contra la “larga enfermedad” en un circo romano en el que va a perder contra la fiera. Investigación, ciencia y medicina, cariño, respeto y comprensión, porque tener cáncer es una putada.
