Muchas veces las razones del corazón que la razón dice no entender son muy simples. Se trata de que quien corresponda dé el paso de decisión y se comprometa en serio. A veces tiene un coste muy alto y otras, económicamente asequible. Que el príncipe Enrique y Cressida Bones hayan roto por un quítame allá un billete de avión de 750 euros a Nueva York que el primero no quiso pagar, parece una excusa muy barata para lo que está en juego, aunque no le falta razón a la chica que quiere asentar la principesca cabeza. También Julie Gayet ha dejado plantado a François Hollande porque entorpecía su carrera de actriz. Son mujeres que saben lo que quieren. Con razón.
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