Opinión

De pronto "sin móvil"... ¡Un problema fatal!

A quienes me leéis como escribidor, colaborador en LA REGION, de historias ciudadanas de aquellos tiempos en “OURENSE DE AYER”, os pido licencia hoy para que me sea permitido por una vez, comentar un tema de rabiosa actualidad, y no una entrañable crónica popular de antaño, como os tengo acostumbrados. Esto es, “El drama que causaría si repentinamente uno, por una circunstancia imprevista, se queda sin teléfono móvil” ….

 

No cabe duda, de que quedarse de pronto sin Móvil, puede suponer el más cruel problema que a un ser humano le puede acontecer. Es como si le dejan personalmente inhabilitado, tirado como una colilla; sin posibilidad de comunicarse con el resto de seres humanos. Como si de repente se perdiera el motivo principal de vida, y ya todo lo demás dejara de tener sentido hundiéndose en la miseria social y el desaliento. Una piltrafa sumida en la desesperación.

 

El susodicho artilugio, para una gran parte de la masa social, se ha hecho tan imprescindible, que no tenerlo de pronto por cualquier fatal incidente supone perder la identidad principal con que tiene que definirse cualquier sujeto que se precie de moderno, y actualizado en relación con los congéneres. Del chisme cuelga todo, y sin el chisme no hay nada, y la vida personal se altera con la sensación de entrar en un agujero negro. El venerado trebello, es lo último que hay que soltar, si uno tropieza en un adoquín despegado de la acera, y ha de adelantarse las manos para no escarallarse la cara contra el bordillo. Antes el golpe en el cráneo, que soltar el Móvil. Y más aún si este es de alto pedigrí, con una montonera de aplicaciones que nada tienen que ver con el verdadero cometido del teléfono.

 

No tiene importancia perder la cartera, las llaves del coche, la mariconera, la dentadura postiza, los gallumbos, el Rolex o la caña de pescar; o romperse una cadera al caer por la escalera, porque mayor problema es el extravío o avería del aparato ¡Eso si que no! puesto que ello supone recluirse en casa, para no desentonar mientras no se solucione el desaguisado.

 

El Móvil y el ser humano forman una asociación tan perfecta, que se benefician mutuamente y son imprescindibles para el desarrollo vital y de la personalidad; una simbiosis que les adhiere como las dos partes de un velcro. Pronto las multinacionales del sector desarrollaran el invento para llevarlo cómodamente alojado en algún lugar de las entrañas corporales, como se lleva un marcapasos, una prótesis en el fémur, o una válvula en el cardio. Así no hay peligro de perderlo al estar incrustado en nuestra masa corporal; pero el problema entonces estriba en que a simple vista del individuo no será posible saber el marchamo del artefacto, y en consecuencia el portador no podrá alardear de marca de alta generación, como en los aparatos convencionales que se llevan asomando en el bolsillo trasero del pantalón vaquero.

 

Pensando en todo esto, ¡que la providencia me ampare ¡….si un día tengo que estar en una animada tertulia de cafetería con media docena de amigos, y todos los presentes lucen sus flamantes móviles pegados a la oreja, en briosas conversaciones a través de las ondas electromagnéticas F.M, y yo estoy ridículamente fuera de lugar por no disponer del transmisor ¡ que bochorno ¡ no quiero ni pensarlo.

 

A estas alturas, en que el ingenio de la pantallita multifunción, es ya la más importante aportación de la ciencia al ser humano, es indispensable tomar todas las precauciones, para evitar una tragedia insufrible, como puede ser el olvido del aparato al salir de casa, o el agotamiento de la batería en plena calle, en donde no sea posible su inmediata carga de energía; para no desdecir con el resto de los viandantes. Porque fijaros bien, si saliéramos sin el móvil a la calle, inmediatamente al darnos cuenta nos entraría un desenfrenado síndrome de abstinencia, que podría terminar con nosotros en urgencias por un ataque de desequilibrio emocional. Tratemos entonces de evitarlo. ¡¡¡ Cuidemos el móvil sobre todas las cosas !!!

 

Como veis hemos dado a la cuestión un carácter de desenfadado humor, un poco jocoso con provocadas exageraciones, que de todas formas no desvirtúa la filosofía de lo tratado. Era mi intención que resultase ameno, y pudiendo ser que esbozase alguna sonrisa al tiempo que pensásemos que muy desencaminados no andamos, sobre todo, en un alto porcentaje de usuarios, que adora el móvil por encima de todas las cosas.

 

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