Opinión

Argentina: el resurgir del peronismo

Contra todo pronóstico, la primera vuelta de las presidenciales argentinas las ha ganado el candidato peronista, Pedro Massa, experto en resurgimiento a lo largo de su dilatada biografía. 

Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner y ministro de Economía del Alberto Fernández desde hace un año, ha tenido la desfachatez de presentar un programa electoral en el que proponía las medidas adecuadas para resolver los graves problemas económicos de Argentina, incluida la inflación… que se ha incrementado un 149 por ciento desde que fue nombrado ministro de Economía hace un año.

Sergio Milei, considerada la figura emergente, la gran esperanza blanca a pesar de su imagen atrabiliaria, de extrema derecha y sin experiencia política de ningún tipo, quedó en segunda posición aunque los sondeos le daban ganador, lo que indica que a pesar de que se le adjudican al peronismo todos los males -que son inconmensurables, sobre todo los relacionados con la economía y con la corrupción- a la hora de la verdad los argentinos se inclinan por el peronismo, como si prefirieran lo malo conocido que lo bueno por conocer. 

El resultado final, el nombre del futuro presidente se conocerá el próximo día 10, cuando se celebra la segunda y definitiva vuelta de las presidenciales, pero de momento se prevé que el vencedor pueda ser Javier Milei, porque la candidata que quedó en tercer lugar, Patricia Bulrich, pida el voto para Milei. 

Bulrich, conservadora, ligada al ex presidente Mauricio Macri, con el que colaboró políticamente, antes de las primarias del domingo era considerada una opción con posibilidades de ganarlas, ante el temor de la gran parte de la población a un Milei que se desbordaba a diario por sus incongruencias, con payasadas que hacían difícil confiarle la presidencia de la nación y, por otra parte, parecía impensable que el peronismo pudiera seguir gobernando en el país, sobre todo después de la devastación producida por el matrimonio Kirchner, tanto en lo económico como en su imagen de corrupción y populismo que tan bien representó Cristina Fernández. Y mucho menos se daban opciones de gobierno al ministro de Economía, Sergio Massa.

Pero cuando son los ciudadanos los que deciden con su voto, no los analistas ni sociólogos, las sorpresas son habituales. Se ha demostrado nuevamente en esta primera vuelta de las elecciones argentinas. 

Massa ya se ve presidente. Es hombre de recursos, y su carácter moderado en lo político y extrovertido en lo social, y brillante dialécticamente, -ha sido presidente del Parlamento- lo han convertido en una figura mediáticamente atractiva, cercana.

Sin embargo, la última palabra la tienen los argentinos. Milei provoca miedo y esperanza a partes iguales. Aunque Bulrich le ofrezca su apoyo, no tiene Milei la batalla ganada en la segunda vuelta. El peronismo es más que una opción política: para millones de argentinos es impensable no contar con un peronista en la Casa Rosada.

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